Entrecruzamiento de datos entre los efectivos de la División Homicidios y otras áreas de Investigaciones. Declaraciones en el expediente que lidera la fiscal Claudia Alejandra Ríos. “Arrepentidos” que aportaron alias en la causa. Llamadas por el millón de pesos de recompensa que ofreció el Ministerio de Seguridad y la pata narco que no podía faltar.

Todo un combo explosivo para ir en búsqueda de los tres sospechosos que restaba atrapar por el crimen del dueño del lubricentro Penta de Guaymallén, Norberto Martín Salzmann (51), ocurrido durante siesta del 16 de febrero en el negocio calle Mitre casi Mathus Hoyos de Guaymallén. Ya se encontraban detenidos desde el 23 de febrero en Maipú y Las Heras, respectivamente, Brian Exequiel Garro y Martín Carlos Falcón, pero faltaba completar el círculo de identificados.

Así fue que, gracias a este trabajo policial y judicial, se logró la captura este jueves por la mañana a los dos nuevos sospechosos durante siete allanamientos que se desarrollaron en Guaymallén.

Los detectives ya tenían marcados a todos desde hacía días y por eso habían revelado los rostros de dos de ellos para recibir nueva información para cotejar: uno era el datero, empleado de la víctima, quien se mostraba “conmovido” mientras Policía Científica y otros uniformados trabajaban en la escena la tarde del hecho.

Desde el día uno, cuando Salzmann fue ejecutado de un balazo en el tórax después de recibir un fierrazo en la cabeza, frente a su hija y cuando salía de darse una ducha, sabuesos policiales fijaron sus ojos en el trabajador Ariel Colo Quargñolo.

La recolección de pruebas posteriores les fueron dando la razón a los pesquisas. Gracias a los trabajos técnicos y otros análisis policiales, a la declaración de testigos y hasta el aporte de uno de los dos primeros detenidos cuando habló en la causa -Garro- fueron direccionando la instrucción hacia Quargñolo.

La hipótesis no tardó en confirmarse en los efectivos que analizaban cada una de las pruebas: el Colo, quien es conocido en lo más íntimo de la pesquisa como el “empleado infiel”, tenía una deuda de drogas por problemas de consumo con una banda narco de Guaymallén e hizo correr el dato de que había dinero en el comercio y en la casa de Salzmann.

El objetivo del Colo, detallaron detectives consultados por El Sol, era saldar la deuda con los vendedores de estupefacientes y lo mejor era hacerles llegar la información sobre la compra de dólares que había realizado la víctima para irse de vacaciones con su novia y su familia a Brasil durante el Carnaval.

La declaración de Garro en el expediente también fue considerada de importancia. Pero había que confirmar lo que dijo. Lanzó dos apodos como partícipes del hecho. Los rostros estaban filmados y todo era cuestión de tiempo para que cayeran.

Palabras más palabras menos, tiró dos alias: el del Zurdo y Polo. Esto le sirvió a los sabuesos para continuar cotejando con las pruebas que ya habían incorporado.

Hace pocos días, después de acuerdo entre la fiscalía y el Ministerio de Seguridad, se publicaron las imágenes de los hombres que estuvieron en la escena y restaba capturar.

Las cámaras de seguridad del negocio donde ocurrió el trágico asalto registraron todos los movimientos a color. Y los rostros quedaron marcados. Esos hombres, quienes intentaban tapar sus caras con gorras, eran Jorge Daniel Zurdo Romero Peña y Sebastián Marcos Palacio Masmutti, Polo. Justamente, los dos sujetos que ya formaban parte del expediente que instruye la fiscal Ríos.

El Zurdo Romero Peña fue captado vistiendo campera azul, pantalón y mochila negra. Llevaba puesta una gorra oscura y presentaba una barba candado. Por su parte, el Polo Palacios Masmutti vestía camisa de grafa y una gorra marrón.

El objetivo de los pesquisas era detener a todos durante los allanamientos de este jueves pero el Polo no se encontraba en su domicilio. Por eso quedó en la orden del día con pedido de captura.

El “empleado infiel” fue detenido en su casa de calle Buenos Vecinos de Guaymallén, después de las 8. No ofreció resistencia cuando los detectives ingresaron al domicilio. Por su parte, Romero Peña fue atrapado en el barrio Jardín de Avellaneda. Este jueves por la tarde -o a más tardar mañana por la mañana- iban a ser imputados por homicidios criminis causa.

Impactante

Salzmann fue asesinado de un balazo que salió de una pistola calibre 9 mm. El proyectil dio directamente en su pecho. Unos segundos antes, recibió un fierrazo en la cabeza. El agresor utilizó una barreta para golpearlo, la misma que había usado para ingresar a su casa, que es colindante el lubricentro y estaba dividida por una puerta.

Los malvivientes conocían a la perfección por dónde moverse. Y allí entró en escena la sospecha que el datero fue quien les advirtió cómo y por dónde ingresar. Lo cierto es que la banda atacó primero a la hija del dueño del negocio y habría simulado retener al Colo, que se encontraba trabajando.

El objetivo era llevarse una caja fuerte. Y la encontraron. Salzmann se estaba bañando cuando se encontró con su hija siendo amenazada de muerte. Mientras todo esto sucedía, le exigían al comerciante que les diera la combinación numérica de la caja de seguridad. Como la víctima ofreció resistencia, terminaron matándola.

Se llevaron el botín y escaparon en la misma camioneta Chevrolet S10 en la que habían llegado. Ese vehículo había sido denunciado como robado un día antes a un vecino de Maipú. Huyeron hacia el sur y luego doblaron hacia el este, con dirección al barrio Capilla de Nieve. Allí, en un descampado, prendieron fuego el rodado para borrar todo tipo de pruebas. Un hombre que se movilizaba en moto ayudó a un par de homicidas a escapar de ese teatro del hecho.

Mientras todo esto sucedía, los llamados al 911 para reportar que Salzmann se encontraba agonizando no paraban. Policías de la jurisdicción y también de Investigaciones llegaron al lugar. También médicos del SEC. A pesar de esto, nada pudieron hacer para salvarle la vida al hombre de 51 años, quien falleció a los pocos minutos de recibir el impacto.