Transcurridos ya algunos días de las elecciones constituyentes celebradas en la provincia de Misiones, resulta al menos irritante observar el comportamiento de algunos dirigentes mendocinos en lo que se refiere a la lección de civismo y dignidad dada por la población misionera. Es poco creíble la ambigua posición de dirigentes prokirchneristas de Mendoza, quienes, con los resultados sobre la mesa, salen a diferenciarse de las posturas hegemónicas de poder mostradas por el oficialismo misionero y de la absoluta complicidad y el apoyo del Gobierno nacional.

    Saludable hubiera sido escuchar estas diferenciaciones de una manera contundente en los momentos previos a la elección y no haber sido cómplice de las aberrantes prácticas clientelistas y prebendarias que mostraron el presidente de la Nación y sus aliados, reviviendo en sus métodos lo peor y más viejo de las formas de hacer política. Desde la Unión Cívica Radical tenemos la convicción que lo de Misiones no es un hecho aislado, que la tan nombrada y valorada nueva política sólo existe en las palabras.

    En los hechos, las demostraciones de violencia institucional, compra de voluntades y otras repudiables formas de coacción nos indican que la lucha en defensa por la dignidad de las personas y la preservación y el fortalecimiento de las instituciones es algo que nos compete a todos y es lucha de todos los días. La Unión Cívica Radical, por historia y por actual compromiso social, no se puede limitar a ser el partícipe necesario, “sano”, de un proyecto que nos retrotrae al autoritarismo de otras épocas que creíamos superadas.