La nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia iniciará una nueva etapa hoy, cuando el flamante ministro del sector, Carlos Villegas, reanude las negociaciones con las empresas petroleras sin que se conozca de inmediato si se dará un giro “técnico” o de mayor “firmeza” a este proceso. De acuerdo con un cronograma establecido por el Ministerio de Hidrocarburos,Villegas se reunirá con los representantes de Andina, la filial de la hispanoargentina Repsol-YPF, para analizar las nuevas condiciones de este negocio y los contratos petroleros. Villegas buscará continuar con la nacionalización, en reemplazo de Andrés Soliz Rada, quien se desempeñó hasta hace dos días como titular de la cartera de Hidrocarburos.
La principal bandera del presidente Evo Morales se remeció el viernes, cuando Soliz Rada, uno de los principales impulsores de la nacionalización, presentó su renuncia “irrevocable” y debió ser reemplazado por Villegas, otro hombre de confianza del Gobierno. Soliz Rada dejó su puesto después de la dura reacción de Brasil a una resolución emitida por su despacho, que dejaba prácticamente fuera del negocio de comercialización a Petrobras, la cual alertó que la medida hacía inviables “los negocios de refinación” en el país.
Al referirse al episodio, el analista Cayetano Llobet señaló en una columna publicada en La Prensa que cuando Soliz Rada decidió mostrar “la soberanía de este país y que el conjunto de sus decisiones se toman de las formas y en los tiempos en que nos da la gana”, el Gobierno boliviano tuvo que “aguantarse el solemne carajazo de Brasil y tragarse la cara de un furioso Lula”. La llegada de Villegas al frente de este estratégico Ministerio ha sido vista por distintos sectores como una oportunidad para dar un giro en el rumbo de la nacionalización. Incluso el propio vicepresidente, Alvaro García Linera, quien juramentó al nuevo ministro de Hidrocarburos en ausencia de Morales, anticipó que comenzaba “otra etapa”.
A juicio del diario La Prensa,Villegas –un ex catedrático y analista económico– “dará un giro técnico” a esta estrategia, que podría incluir la posibilidad de “desideologizar” la industria petrolera. “El Gobierno tiene que manejar bien la partida, para ello requiere de una visión conocedora de la industria, es decir que sepa negociar con las petroleras”, explicó el experto Carlos Miranda, quien indicó que “ya no hay campo para la ideología”. La Prensa, en su editorial, estima que será el tiempo el que definirá.
“La renuncia de Andrés Soliz Rada a la cartera de Hidrocarburos posiblemente haya significado el final de una etapa y el principio de otra o, más acertadamente, el punto final de una posición extrema y unilateral y el comienzo de otra más dispuesta a la negociación de a dos. El tiempo lo dirá”, puntualiza. El rotativo La Razón plantea, por su parte, que el principio de asumir el control de los hidrocarburos “debe ser sometido a una especie de juego de cintura, en el que se observe entre aquello que es deseable y lo que es posible”. “La reconducción del proceso de nacionalización requiere revestirse de una dosis de realismo.
Sin perder la esencia de la nueva política hidrocarburífera se deberá actuar con firmeza sí, pero también con equilibrio”, propone en su editorial. Las declaraciones de Villegas en su acto de posesión parecieron marcar su línea de acción. El ministro aludió a una “postura firme” del país y buscó tranquilizar el ambiente, al anunciar que las negociaciones con las petroleras “continúan”. “Tenemos una postura y un espíritu amplio para la negociación, dijo.