Tras un largo proceso electoral, en el que algunos han llegado a votar hasta siete veces, los argentinos decidieron por mayoría que Javier Milei sea el presidente del país por los próximos cuatro años. Dicho de otra forma, los ciudadanos han optado por un cambio de modelo político que también genera expectativas, traducidas a su vez en esperanza, por un lado, pero también temor, por el otro, por las medidas que aplicará el nuevo gobierno. Es cierto que la base sobre la cual se gestionará tiene graves deudas, entre las económicas con una inflación asfixiante, y sociales, con un bolsón de pobreza que ha ido creciendo con los años.

El electo jefe de Estado ya ha dado sus primeros indicios. Ha establecido que se vienen cambios, que los mismos serán drásticos y que no hay lugar para el gradualismo.

No es la primera vez que Argentina toca fondo y es necesario un gran esfuerzo para su reconstrucción, en todos los niveles. Desde la dirigencia política y empresarial hasta los ciudadanos que ponen el hombro a diario.