Tras el incidente protagonizado por hinchas de Quilmes en el Malvinas Argentinas, el Gobierno de Mendoza defendió este jueves el operativo de seguridad en el estadio y aseguró que se pudo contener el conflicto que dejó un saldo de cuatro policías y bomberos y el jefe de seguridad del equipo cervecero heridos.
“De los 2.000 hinchas de Quilmes, 100 eran violentos, delincuentes que empezaron a agredir cuando se estaba desarrollando la actividad deportiva sin ningún inconveniente”, aseguró el ministro de Seguridad, Raúl Levrino.
El funcionario afirmó que se identificó a los agresores a través de las cámaras y la información ya fue presentada a la Unidad Fiscal correspondiente. Pero, hasta el momento, no hubo detenidos.
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La noche del miércoles, el partido entre Boca y Quilmes tuvo que ser suspendido durante el segundo tiempo, luego de que simpatizantes de Quilmes comenzaran a arrojar piedras a la platea cubierta ocupada por fanáticos “xeneizes”, para luego romper un alambrado e intentar cruzarse.
En este sentido, Néstor Majul, el subsecretario de Relaciones Institucionales del Ministerio de Seguridad, señaló que “se sofocó el problema rápido. Tardamos menos de 10 minutos en dejar todo el orden. La misma organización nos agradeció porque no hubo que suspender el partido”.
Para Levrino, el accionar “fue el correcto”, ya que se apeló a la disuasión, se procedió en forma gradual y no se usaron gases lacrimógenos.
Para ese encuentro, las autoridades dispusieron 700 policías para custodiar el interior del estadio, los alrededores donde estaban los cuidacoches, el radio céntrico por la desconcentración y el Parque General San Martín.
Demoras en las requisas
El presidente de Quilmes, Mateo Magadán, apuntó contra el operativo de seguridad y afirmó que los hinchas vivieron diferentes situaciones que generaron tensión afuera y dentro del Malvinas, entre ellas grandes demoras en los controles de los colectivos con hinchas que llegaron a Mendoza.
También denunció que los simpatizantes ingresaron con el partido ya empezado, recibieron “palazos” por parte de la Policía y los xeneizes los provocaron desplegando una bandera del cervecero como trofeo de guerra.
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“Es cierto que se demoró, pero por la falta de colaboración”, dijo Majul. “Venía todo en orden, pero cuando queríamos requisar, se resistían a abrir las banderas”, agregó.
En esa línea, Marcelo Calipo, jefe de la Policía, detalló que en los controles de los 18 micros en los que viajaban los cerveceros, se secuestraron alcohol, estupefacientes y chuzas.
De acuerdo con el reporte de la cartera de Seguridad, una policía de 46 años, otro uniformado de 37 años y dos bomberos resultaron heridos con golpes en cabeza, piernas y espalda.