La pareja de Mauro Salcedo llevaba poco tiempo manejando y algunas maniobras le costaban. Estacionar era una de esas. Cuando el sábado en la madrugada llegó a la casa de su novio en un Chevrolet Corsa, le pidió que ubicara el auto porque no tenía espacio entre tantos otros vehículos que había en sector cercano a la vivienda ubicada en calle Pedro Goyena de Villa Hipódromo. Salcedo intentó hacerlo pero no pudo porque un Renault Fluence le obstruía el paso a su domicilio.
Debido a esto, fue a hablar con el dueño de ese rodado para que lo moviera, pero todo terminó trágicamente. Vestía una camiseta del club Godoy Cruz. Y el agresor, una de Independiente Rivadavia. Hubo una discusión por el auto, gastadas que cayeron mal y Salcedo terminó recibiendo tres balazos en el pecho, muriendo prácticamente en el acto.
El caso quedó en manos del fiscal de Homicidios Carlos Torres y el sospechoso fue detenido horas después del ataque en el barrio Centro Empleado de Comercio, donde se refugiaba con su hermano y otros hinchas de la Lepra. Se trata de Diego Héctor Agüero, de 37 años, señalado como barra de la Lepra y con antecedentes y varias entradas y salidas de prisión.
Agüero fue imputado este lunes por homicidio agravado por el uso arma de fuego y luego enviado a la cárcel. Más allá de los testimonios y lo que captó una cámara de seguridad de un vecino de la zona donde ocurrió el hecho, el fiscal ordenó que se realizara un barrido electrónico con el sujeto para saber si había disparado un arma de fuego, y una rueda de reconocimiento con la testigo principal, la pareja de la víctima. El resultado del peritaje y de la medida de identificación fueron positivos y marcaron la situación procesal del detenido.
La reconstrucción que hicieron los primeros policías de la División Homicidios de Investigaciones que trabajaron en el teatro del hecho y en la búsqueda de pruebas, señala que Salcedo salió de su domicilio a pedir que movieran el auto que obstaculizaba el ingreso del de su pareja con una camiseta del club Godoy Cruz y esto generó los primeros cruces con Agüero, quien se encontraba con algunos conocidos y su hermano festejando el triunfo 2 a 1 de la Lepra frente a Atlético Rafaela el viernes por la noche en el estadio Bautista Gargantini.
El presunto agresor estaba en la puerta de un quiosco ubicado en el ingreso a un complejo de departamentos junto con sus allegados. Lejos de acceder a lo que le pedían, comenzaron a gastar a Salcedo por su simpatía con el Tomba.

Las palabras fueron subiendo de tono hasta que Agüero sacó un revólver (se cree que calibre 32 o 38) y disparó a corta distancia. Los plomos dieron en el pecho del Gordo, como lo conocían, y le provocaron la muerte en pocos minutos.
Tanto el matador como el resto de las personas que estaban con él salieron corriendo y se refugiaron en el domicilio de otro hincha de la Lepra, ubicado en calle Río Tercero al 1500, a pocos menos de dos cuadras del lugar donde yacía la víctima.
Hubo una medida autorizada por un juez y Agüero y su hermano fueron aprehendidos. Cuando las pruebas complicaron al primero de ellos, le notificaron la imputación en su contra y ordenaron que pase al penal.
Con el paso de las horas, se supo que el señalado autor fue investigado en, al menos, diez expedientes por diversos delitos. Presentaba ingresos y salidas del penal por causas de portación ilegal de arma de fuego, daños, tentativa de hurto, robo agravado por el uso de arma y en poblado y en banda y amenazas, entre otros.