Los pasillos donde está ubicada la Tercera Cámara del Crimen volvieron a recibir ayer a pequeños de entre 7 y 12 años. Eran tres niñas, todas testigos y víctimas del mismo protagonista. Estaban junto a sus padres, principales promotores de la denuncia por abuso sexual contra el ex concejal del PJ José Santos Martín, un hombre de 58 años que comenzó a responder en un juicio por cinco delitos de abuso sexual.

    Según el expediente de la causa, Cacho, como lo apodan en Villa Uspallata –su lugar de residencia–, está acusado por dos abusos sexuales simples y tres agravados, por lo que su situación procesal es más que complicada. El debate, fijado para sólo un día, no pudo terminar ayer, debido a que la defensa del sospechoso planteó un incidente contra la fiscal que instruyó la causa y que participa del juicio, María Luisa Cannata.

    Pero esta acción fue resuelta rápidamente por los jueces del tribunal colegiado, y hoy por la mañana la magistrada estará sentada en el banco del ministerio público junto al fiscal de Cámara Oscar Giacomassi.

    CONTUNDENTE. La primera y firme denuncia en contra del hombre, quien se desempeñó como edil durante los 90 en Las Heras, fue radicada por un vecino de la villa llamado Jorge Paiva. Según afirmó ante las autoridades policiales, Martín abusó de la hija de Paiva, de 8 años. Lo mismo sucedió un día más tarde, cuando una maestra jardinera de la zona sostuvo que su hija de 9 años le comentó que el individuo la había tocado en sus partes íntimas.

    La gota que rebalsó el vaso se produjo cuando se propia nuera lo denunció por abusar de una de sus hijas, quien, actualmente, tiene 12 años. El hijo del acusado también arremetió contra su padre en la Justicia y lo denunció. Según explicó ayer Alejandro –padre de una de las víctimas– a este diario, Cacho Martín abusaba de las pequeñas en el taller metalúrgico donde trabajaba. Las niñas se juntaban a jugar cerca del mencionado taller y aprovechaban para inflar la rueda de sus bicicletas allí.

    Este habría sido el momento justo para que Martín cometiera abusos deshonestos contra las menores, en más de una oportunidad. “Las escondía y les hacía sacar la ropa. Las tocaba y se masturbaba frente a ellas”, relató uno de los denunciantes ayer en Tribunales. En una primera instancia,Martín cayó detenido a fines del 2005, pero recuperó su libertad gracias a una fuerte fianza.

    Además, se le prohibió acercarse a menos de 500 metros de las personas que lo denunciaron. Pero una nueva denuncia en su contra permitió que el 25 de febrero de este año fuera detenido nuevamente, por orden de Cannata. Se le imputó el delito de abuso sexual agravado, por lo que no pudo volver a la calle.