Desde el viernes 14 de abril, Víctor Hugo el Mono Sánchez comenzó a ser intensamente buscado luego de dispararle a Lázaro Sergio Morales, a quien confundió con un amante de su ex pareja, de quien se había separado meses atrás.
Luego de ocho días de agonía, la víctima falleció en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Central y la situación del sodero sindicado por la agresión se complicó en el expediente liderado por la fiscal de Homicidios Claudia Ríos.
La representante del Ministerio Público solicitó la captura internacional, ya que los detectives del caso llegaron al dato de que había escapado hacia Chile, e Interpol emitió una alerta roja.
En los últimos días, la defensa de Sánchez se puso en contacto con la Justicia para pactar su entrega. Para eso, el presunto homicida cruzó el Paso Internacional, pero, sorpresivamente, las autoridades fronterizas no detectaron que se encontraba en la orden del día.
La situación llamó la atención de los funcionarios judiciales mendocinos, ya que pensaban que Sánchez iba a ser detenido al reingresar al país. No obstante, atravesó el límite internacional sin problemas, aunque se desconoce si fue por una falla en los controles o porque el Mono utilizó un documento falso.
Lo cierto es que la mañana del viernes, el sodero se presentó junto a su abogado en el edificio del Ministerio Público Fiscal, en el Polo Judicial.
Ese mismo día, la fiscal Ríos lo imputó por homicidio agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con amenazas agravadas por el uso de arma de fuego en contexto de violencia de género, en perjuicio de su ex esposa, y ordenó su traslado a prisión, indicaron fuentes judiciales consultadas.
Juntada trágica
Todo comenzó el viernes 14 de abril por la noche, cuando el baterista Lázaro Morales se dirigió con uno de sus hijos y una amiga a la casa de una mujer, a quien había conocido recientemente durante un retiro espiritual, en calle Leónidas Aguirre al 1500 de Guaymallén.
Los tres amigos decidieron a último momento juntarse a cenar y prepararon un asado en el patio de la vivienda. En medio de la reunión, el Mono Sánchez -ex pareja de la dueña de casa- apareció en el techo de la vivienda, de acuerdo con la reconstrucción.
Desde allí, lanzó amenazas contra la madre de sus dos hijos -quienes estaban en el lugar- y comenzó a efectuar disparos. Uno de los proyectiles le impactó a Morales en espalda, por la zona de la clavícula, provocándole un severo daño.
Cuando los primeros policías arribaron al lugar, llegaron a intercambiar algunas palabras con la víctima, quien permanecía consciente, y les dijo que no sentía las piernas.
Luego, lo trasladaron al Hospital Central y fue pasó por el Quirófano. Pese a la intervención, el panorama no era alentador: quedó internado en Terapia Intensiva, corría riesgo de muerte y, en caso de que sobreviviera, iba a quedar con graves secuelas motrices. Finalmente, Morales no resistió y falleció el domingo 23 de abril.
El caso generó un profundo dolor entre sus familiares, amigos y allegados del ambiente musical y teatral (actuaba en el grupo La Gota). En una charla con El Sol, su madre, Gladys, aseguró que su hijo “estuvo en el momento y lugar equivocado”.
Junto a otros integrantes del círculo íntimo de la víctima, la progenitora encabezó el viernes 28 un reclamo en la Legislatura provincial.