A pocos días de que se cumplan dos meses del asesinato de Franco Antonio Galván Gómez (44) en el asentamiento BAP de Guaymallén, este miércoles la causa quedó resuelta. Los dos hermanos que fueron detenidos a comienzos de abril fueron condenados en tiempo récord. Se trata de Rodrigo Alejandro Valdez (22), alias Chori, y Gustavo Damián Valdez (26), quienes admitieron la autoría en el hecho de sangre durante un juicio abreviado inicial. De acuerdo con fuentes del caso, el hecho se produjo por un conflicto de drogas.

Sólo tres semanas después de que la Justicia les dictara la prisión preventiva, la fiscal de Homicidios Andrea Lazo llegó a un acuerdo con la defensa para definir su situación sin la necesidad de llegar a un debate oral.

Así, ambos admitieron el hecho frente al juez Gabriel Bragagnolo, del Juzgado Penal Colegiado Nº 2, quien homologó el pacto entre las partes, que también contó con la aprobación de la querella, es decir, de la familia de la víctima.

El magistrado sentenció al Chori a 15 años como autor de los disparos que le quitaron la vida Galván y a su hermano Damián a 7 años y 4 meses como partícipe secundario del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Además, a este último se le declaró la reincidencia porque tenía una condena previa.

La víctima fue atacada y murió tres días en el Hospital Central.

El asesinato

Durante la siesta del martes 28 de marzo, las alarmas policiales se encendieron después de que los familiares de Franco Galván denunciaron su desaparición. La presentación judicial sostenía que se había retirado de su casa de Los Corralitos a bordo de un colectivo y que llevaba en una mochila un arma de fabricación casera.

Desde el círculo íntimo de Galván temían que tuviese intenciones de quitarse la vida. No obstante, fueron sus propios parientes quienes lograron localizarlo en la zona, lo bajaron del colectivo y lo llevaron hasta su vivienda para contenerlo.

Cuando policías que estaban trabajando el paradero se dirigieron hasta el domicilio para entrevistarlo, Galván se había retirado. Aparentemente, le pidió a un vecino que lo acercara hasta el citado asentamiento de Rodeo de la Cruz.

Casi al mismo tiempo, un llamado que ingresó a la línea de emergencias 911 informó sobre un hombre que había sido herido con arma de fuego en el BAP y que estaba tendido sobre las vías férreas.

Al cabo de algunos minutos, efectivos arribaron al lugar y constataron que se trataba de Galván, quien había quedado gravemente herido y debió ser trasladado de urgencia al Hospital Central.

En ese nosocomio, el hombre permaneció internado hasta el viernes 31 de ese mes, día en que falleció.

Antes de que Galván perdiera la vida, los detectives de Homicidios, que trabajaron bajo las directivas de la fiscal Lazo, recolectaron una serie de declaraciones testimoniales que permitieron identificar a los hermanos Valdez como los autores del asesinato.

De acuerdo con la reconstrucción que elaboraron los pesquisas, el día de la agresión, Galván se encontraba en un descampado entre la Escuela de Fútbol Estrella Roja y las vías del tren, paralelas a calle Tacuarí.

Allí, la víctima fue abordada por el Chori y Gustavo Valdez. El primero le efectuó dos disparos de arma de fuego, que le impactaron en el abdomen y en el cráneo; mientras que el otro le pegó una patada y lo tiró al piso.

Luego del ataque, los dos matadores se dirigieron hasta la casa de un hermano, donde cambiaron sus prendas de vestir y se ocultaron, relataron fuentes judiciales.

De las averiguaciones practicadas surgió que los Valdez eran rivales de amigos de Galván, quienes se dedicaban a la venta de drogas en pequeñas cantidades y que se disputaban ese territorio. Sin embargo, esa versión no fue plasmada en el expediente.