La temporada de primavera-verano de todos los años invita a tomar sol para obtener un bronceado estético que suele estar de moda siempre. Pero no solo es estético sino que es fundamental para numerosos procesos fisiológicos tales como: la síntesis de vitamina D por parte de nuestro cuerpo como así también los efectos que de ella derivan, como la regulación del metabolismo del calcio y del fósforo, fundamental para el mantenimiento de la estructura ósea; además de influir en la regulación del ciclo de sueño-vigilia y procesos hormonales.

Sin embargo, debido a la presencia de rayos ultravioleta (UVB y UVA) integrantes de la radiación solar, puede ocasionar efectos nocivos como consecuencia de una prolongada exposición y en horarios inadecuados, que van desde un enrojecimiento hasta la quemadura solar y cáncer de piel.

Existen trabajos publicados en los que se pone de manifiesto la relación entre exposición solar y cáncer de piel (melanoma entre los más destacados), e inclusive en el envejecimiento prematuro de la piel. La radiación ultravioleta integrante de los rayos solares también nos llega aún en días nublados como de poca luminosidad y está formada por rayos invisibles que penetran la piel y pueden provocar diversas dolencias.

¿Qué significa FPS? ¿Qué es un fototipo? ¿Qué tipos de fototipos hay y como se relacionan con quemaduras y bronceados según las características físicas de cada persona? ¿Qué tipo de protección debería usar en mi caso?

Estas preguntas, cuestiones como la resistencia al agua e importantes recomendaciones pueden conocerse en el siguiente documento de la Universidad Maza.