Los sitios turísticos de la provincia de Buenos Aires deberán cumplir con protocolos para prevenir los contagios por coronavirus, entre ellos, el no uso de los aires acondicionados ya que se lo considera contraproducente para los mejores resultados en la búsqueda de la seguridad sanitaria.

El dato fue ratificado en un comunicado del Ministerio de Producción bonaerense. Lo cierto es que la propagación del SARS-CoV-2 a través del aire es una de las tantas contradicciones en las que incurrió la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que desconcierta a los especialistas.

Las contradicciones del COVID 19

En marzo, el organismo había concluido que el nuevo coronavirus se transmite por el contacto con gotitas de saliva que proceden de tos, estornudos o de la simple respiración cercana de otra persona. Pero no quedaba flotando en el aire ni era posible que se transmita a través de él si una persona sale a la calle o camina por un supermercado. Sobre esa base había desaconsejado el uso de mascarillas o barbijos en espacios públicos.

Luego, en junio se conocieron los resultados de un estudio realizado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC) del Distrito de Guangzhou Yuexiu, China que relacionó al COVID 19 con el uso del aire acondicionado. 

Fue el 24 de enero, cuando un total de 91 personas (83 clientes, 8 miembros del personal) estaban almorzando en un restaurante en China que no tenía ventanas pero sí aire acondicionado. De ellos, un total de 83 habían comido en 15 mesas en el tercer piso. De los clientes, 10 se enfermaron con COVID 19.

Sin embargo, ninguno de los empleados u otros comensales en el restaurante estaban infectados. Además, las muestras de frotis del acondicionador de aire fueron todas negativas para nucleótidos. Este hallazgo es menos consistente con la transmisión de aerosol. 

Fue luego de que un grupo de 239 científicos internacionales urgiera al organismo internacional y la comunidad médica a “reconocer la posible transmisión aérea del COVID 19”, en un artículo publicado en la revista Clinical Infectious Diseases de Oxford.

Según describe el nuevo documento del organismo, se observaron brotes en “algunos entornos cerrados, como restaurantes, clubes nocturnos, lugares de culto o lugares de trabajo donde la gente puede estar gritando, hablando o cantando”.

“En estos brotes”, según apunta, “no se puede descartar la transmisión de aerosoles, particularmente en estos lugares interiores donde hay espacios abarrotados y con ventilación inadecuada donde las personas infectadas pasan largos períodos de tiempo con otros”.

Puntualmente sobre la ventilación en los lugares de trabajo, escuelas y alojamientos turísticos, la OMS recomienda el aire puro y limpio. En ese sentido, aconseja “que se aumente la tasa de ventilación por medios naturales o mecánicos, preferiblemente sin reciclar el aire”.