La presidenta chilena, Michelle Bachelet, logró ayer que la Cámara Baja aceptara legislar sobre su polémica ley de educación, en medio de protestas de estudiantes y profesores presentes en las tribunas del hemiciclo. Por 96 votos a favor, 12 en contra y 7 abstenciones, la iniciativa sobrevivió su primera votación en sala, lo que generó la ira de los dirigentes sociales que arrojaron monedas a los diputados.

    La votación, que deberá sancionar el Senado, fue lograda luego de que Bachelet comprometiera el envío en julio de un segundo proyecto legal que incorpore las más de cien indicaciones presentadas por diputados oficialistas. El pacto, que varios parlamentarios de Gobierno calificaron de inviable, debido a la falta de apoyo de la oposición, fue también criticado por los docentes, que prometieron endurecer sus movilizaciones. “Vamos a dar la lucha en el Senado”, anunció el presidente del magisterio, el comunista Jaime Gajardo.

    Los estudiantes, en tanto, anticiparon que protestarán en sus colegios, como lo hacen desde mayo. Estudiantes y docentes, que este miércoles rodearon con 10.000 personas el Congreso, se oponen a que la iniciativa legal permita el lucro y la selección de alumnos en el sistema educacional, criticado por su inequidad y malos resultados en sectores pobres. Pese a la oposición, desde sus filas y la sociedad civil, Bachelet presionó hasta última hora a sus diputados para que aprobaran el cuerpo legal, tras sellar un pacto con la oposición de derecha, que no desea eliminar el lucro del sistema educacional.

    La ministra de Educación, Mónica Jiménez, y el portavoz de Gobierno, Francisco Vidal, valoraron la aprobación y recalcaron que ella derogará la Ley de Educación heredada de la dictadura militar, considerada cuna de las asimetrías sociales. Los reclamos apuntan contra los problemas de inequidad del sistema educacional, tema que no es abordado por la ley, como reconocen hasta los encargados de su diseño. En Chile, por ejemplo, mientras sólo ocho por ciento de los pobres accede a educación superior, 72 por ciento de los jóvenes ricos lo logra.