“Él sigue yendo a entrenar al gimnasio como si nada. Yo me tuve que ir de mi casa, estoy con consigna policial y mis hijas no van a la escuela hace casi un mes”.
La frase corresponde a una víctima de violencia de género. La joven, de 27 años, denunció a su ex pareja y padre de sus tres hijitas, luego de sufrir una brutal golpiza en su casa de Godoy Cruz.
El acusado es un boxeador profesional mendocino -se reservan las identidades para no comprometer a la denunciante-, quien desde hace semanas se encuentra prófugo.
La fiscal de Violencia de Género Mariana Pedot pidió la captura del sospechoso apenas el expediente llegó a su despacho.
Las pruebas eran contundentes: la víctima tenía severas lesiones que fueron corroboradas por el Cuerpo Médico Forense (CMF), presentaba indicadores de haber sufrido maltratos físicos y psicológicos desde hace años y una de sus hijas fue testigo de la salvaje agresión que la llevó a acudir a la Justicia por primera vez.

Pese a que el deportista lleva más de un mes en la orden del día, no ha sido detenido. Fuentes judiciales explicaron que personal de Investigaciones lo fue a buscar a su domicilio, días después del hecho, pero el allanamiento fue negativo.
La denunciante habló con El Sol para dar a conocer su caso, en búsqueda de una solución que le permita volver a su vida normal. Es que la joven tuvo que abandonar su vivienda después hacer la denuncia contra su ex, prácticamente no sale a la calle para evitar sufrir un nuevo ataque y tampoco puede llevar a sus hijas al colegio.
Por eso, reclamó una pronta captura del boxeador y cuestionó la investigación, ya que aseguró que desde la Fiscalía no se volvieron a comunicar con ella y no ha tenido novedades acerca de la causa.
Además, sostuvo que allegados le comentaron que su ex pareja sigue yendo a entrenar con total normalidad. El presunto golpeador es parte de una familia conocida en el ambiente del box mendocino: el padre es entrenador y su hermana también es boxeadora.
Incluso, el mes pasado, el púgil tuvo en Córdoba su décima y última pelea profesional, sólo algunos días antes del hecho que lo puso en la mira de la Justicia.
“Siempre fue violento”
La denunciante contó que estuvo en pareja con el padre de sus hijas desde que era adolescente. Estuvieron 16 años juntos, pero la relación llegó a su fin hace unos dos años.
De acuerdo con el relato de la joven, el boxeador “siempre fue violento” y “golpeaba e insultaba” a ella y sus tres hijitas, de 11, 6 y 2 años. Aunque explico que jamás decidió pedir ayuda a las autoridades por miedo.
Todo cambió el 28 de febrero, cerca de las 18, cuando su ex pareja se hizo presente en su casa del barrio Los Cerros para visitar a las niñas.
En un momento, el deportista intentó quitarle el celular a la chica, ya que le reclamaba que “se estaba viendo o escribiendo con alguien”. La joven se negó a darle su teléfono y allí comenzó la agresión.
Frente a una de sus hijas, el sujeto le propinó patadas, tirones de pelo y varios golpes de puño en diferentes partes del cuerpo y también en el rostro. La víctima reveló que mientras la atacaba, su ex le dijo: “A las putas como vos hay que matarlas”.

Después de eso, indica esa versión, el púgil se fue con unos conocidos y su ex cónyuge acudió a un familiar para pedirle ayuda. Acto seguido, ambos se dirigieron a una sede judicial, donde la víctima radicó la denuncia.
Luego de brindar los detalles de lo sucedido ante las autoridades judiciales, fue derivada al CMF, donde un perito verificó las diversas lesiones que presentaba en el cuerpo. “Me dejó toda la espalda morada, tenía moretones en el cuerpo y la cabeza llena de chichones”, precisó la joven.
Pese a que en un principio parecía no necesitar asistencia médica, con el paso de los días la muchacha comenzó a sentir dolores en los riñones, a raíz de los golpes recibidos. Por eso, debió pasar algunos días internada en un nosocomio.
En paralelo, el Ministerio Público inició una investigación y se solicitó la captura del boxeador, quien hasta la mañana de este domingo continúa en la clandestinidad.