El martes 30 de noviembre a las 9, Leonardo Sebastián Funes Sánchez tenía que presentarse en la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual, en los Tribunales provinciales, porque la madre de su hijo lo había denunciado por abuso sexual. La citación la recibió el 23 de ese mes.

La mujer fue a una Oficina Fiscal y aseguró que este  hombre de 27 años había vejado al pequeño. El objetivo de los pesquisas judiciales era tomarle una declaración informativa porque no había suficientes motivos para imputar en esta etapa del proceso; aunque el fiscal del caso iba a analizar en los próximos días si la denuncia configuraba o no un delito.

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Lo cierto es que, cinco horas antes, Funes Sánchez, domiciliado en el barrio Estación Espejo de Las Heras (Los Cinco Mil Lotes) pero en situación de calle desde hacía un tiempo, mató a otro joven que pernoctaba con él en algunos sectores del Parque O’Higgins de Ciudad, tal como declararon los cuatro testigos de la causa, entre ellos, una trabajadora sexual de la zona que conocía a todos los protagonistas.

La víctima del hecho de sangre fue un joven llamado Javier Nicolás Rivero, de 23 años, oriundo de la localidad de Benavidez, partido de Tigre, en Buenos Aires, y conocido como el Porteño.

La instrucción de la fiscal de Homicidios Andrea Lazo tiene cómo hipótesis que Rivero discutía durante la madrugada del martes con un hombre a quien también conocía en un sector parquizado situado entre calles Lavalle y Buenos Aires y el Rengo Funes Sánchez (así lo conocen porque le falta la pierna izquierda y se mueve con la ayuda de muletas y una prótesis) tomó un arma blanca y lo atacó “porque le tenía bronca y estaba cansado de él”, tal como detallaron fuentes policiales a este diario.

El Porteño Rivero nada pudo hacer porque lo atacaron cuando no le prestaba atención al Rengo Funes. Recibió dos puntazos: uno en el tórax y otro en el cuello y murió. Habían pasado algunas minutos después de las 4.

Lo cierto es que, el miércoles el sospechoso fue atrapado luego de que personal de Preventores detectara al sospechoso caminando por la zona de las estatuas de Mafalda, cerca de calle Boulogne Sur Mer y Arístides.

Al llegar a Rufino Ortega, se lo detectó caminando hacia el Parque General San Martín (al costado de la cancha de Independiente Rivadavia).

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Los preventores dieron aviso al personal de Homicidios y el Rengo quedó detenido para ser imputado por homicidio simple. Un hombre que lo acompañaba, y que también conocía a Rivero porque dormían junto en el Parque O’Higgins, fue llevado también para declarar porque conocía algunos detalles del hecho de sangre.

Fuentes de la zona de calles Buenos Aires, Lavalle, el citado espacio verde donde sucedió el asesinato y también de la Terminal de Ómnibus de Guaymallén, contaron a este diario que tanto la víctima como el victimario se movían juntos.

También se movían con otro hombre nacido en 1979 y una joven. Todos dormían juntos y se iban moviendo de un lugar a otro para pedir limosnas en las esquinas, cuidar autor o realizar alguna changa para poder subsistir.

Es más, hasta compartieron imágenes que les tomaron un par de días antes mientras pernoctaban donde finalmente se produjo el asesinato.