Son tucumanos y se instalaron en Mendoza hace algunos meses. Van y vienen y se mueven en distintas jurisdicciones del país. Tienen un mecanismo aceitado de marcación y seguimiento de víctimas que transportan dinero en efectivo.

Desde principios de año, en el centro se cometieron –al menos– 16 salideras bancarias, una modalidad delictiva que creció en el país a fines de los 90 y se profundizó después de la crisis del 2001: algunas, millonarias. Y podrían estar vinculados a la mayoría de los casos. El modus operandi es simple, pero están organizados para dar los golpes.

De acuerdo con pesquisas policiales consultados por El Sol, en casi todos los hechos actuaron los mismos sujetos. De todas formas, no se trata de una pesquisa simple, debido a que identificarlos con exactitud depende de diversos factores probatorios, como cámaras de seguridad y testigos que hayan detectado sus rostros y el análisis del material tecnológico. Las tareas de inteligencia también se transformaron en una de las claves.

Los integrantes de la gavilla actúan con dateros que pasan la información en detalle a un par de motochorros cómplices –previa comunicación interna a través de aplicaciones de mensajería instantánea– y allí empieza el seguimiento de la víctima hasta que se sube a un vehículo.

Describen la vestimenta que lleva, sus accesorios –generalmente, bolsos, donde se traslada el dinero– y otras características físicas como la altura, color de pelo y de piel, por citar algunas.

Cuando el blanco elegido inicia su trayecto con el dinero y frena en un semáforo, siempre y cuando no haya personal policial de patrullaje preventivo en la zona, uno de los asaltantes se baja del rodado de baja cilindrada y ataca en cuestión de segundos: a veces, directamente a la víctima con un arma de fuego y, otras, destrozando el cristal de una de las ventanillas del rodado para sustraer el bolso donde es transportado el efectivo. El factor sorpresa es determinante a la hora de perpetrar el delito.

Dos sospechosos fueron aprehendidos el jueves, minutos después de una nueva salidera que tuvo como víctima a un hombre que acaba de retirar 400.000 pesos de una entidad financiera de calle 9 Julio de Ciudad, tal como reveló este diario.

Ambos de 25 años y oriundos de la citada provincia norteña, estaban sospechados de ser los dateros o marcadores de las víctimas. Sin embargo, no estuvieron mucho tiempo arrestados: la fiscal Florencia Díaz Peralta, de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos, tomó una declaración informativa y ambos recuperaron la libertad porque las pruebas eran escasas.

Cayeron en la zona bancaria del microcentro, es decir, en las inmediaciones de la plaza General San Martín. Efectivos de División Robos y Hurtos de Investigaciones (RyH), quienes venían siguiéndolos desde hacía más de una semana, fueron quienes lideraron el operativo.

Antes de ser apresados, los dos sujetos rompieron contra el piso los teléfonos celulares que llevaban, una acción que llamó la atención de los testigos e investigadores: intentaron deshacerse de las pruebas que los complica con la pesquisa.

Se movilizaban en un Honda Civic y los aparatos de telefonía –o las partes que quedaban– fueron incautados para analizarlos en Delitos Tecnológicos en busca de datos que confirmen las presunciones, es decir, que estaban frente a los que marcaban a las víctimas apenas salían de los bancos y pasaban la información a sus coadyuvantes motochorros para iniciar el seguimiento del botín. La instrucción está en sus primeros pasos y, por ahora, ambos no son más que sospechosos. Por eso, dejaron de estar encerrados.

De acuerdo con información a la que accedió El Sol, los sabuesos de RyH se metieron de lleno en la investigación con aportes de Inteligencia Criminal después de una millonaria salidera ocurrida el 8 de junio en San Juan y Don Bosco.

En tres movilidades y con total hermetismo, los policías de civil comenzaron a trabajar para desarticular al grupo delictivo y se movieron por diversas zonas donde la actividad financiera es moneda corriente.

El objetivo era identificar a los malvivientes que venían actuando en las salideras. Supieron que eran oriundos de Tucumán y que se habían instalado en Mendoza a principios de año. Hasta marcaron el lugar donde estacionaban algunos vehículos de dudoso origen.

Por la forma de actuar, estimaron que cometieron la mayoría de las 16 salideras contabilizadas desde lo que va del año en Ciudad. Por eso, luego de un nuevo ataque ocurrido jueves, después del mediodía, en RyH entraron en alerta y detuvieron a los primeros dos sospechosos.

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De ese hecho se desprende que un joven de 22 años salió con 400.000 pesos de un banco ubicado entre calles Gutiérrez y Necochea y se dirigió hasta la playa de estacionamiento donde había dejado su Fiat Palio Gris.

Circuló con dirección sur y, al llegar a Rioja y Rondeau, fue abordado por dos sujetos que se movilizaban en una moto. Uno rompió la luneta trasera de un golpe y le sustrajeron el bolso donde llevaba el dinero.

A los pocos segundos, ambos motochorros escaparon a toda velocidad. Analizaron los diferentes escenarios y así fue como los dos tucumanos terminaron apresados, aunque recuperaron la libertad a las pocas horas.

Justamente, 8 días antes, sucedió otra saliera a pocas cuadras de la última, en San Juan y Don Bosco.

Un empresario agrícola que había retirado más de 3 millones de pesos destinados al pago de salarios fue atacado cuando el semáforo se puso en rojo. Los motochorros actuaron igual: destrozaron una ventanilla de su moderna camioneta Mercedes Benz gris y sacaron el bolso del asiento del conductor. No hubo tiempo de reacción y los autores del robo se dieron a la fuga sin ser capturados.

Ver también: En imágenes: millonaria salidera bancaria de motochorros en pleno centro

El 18 de abril hubo un robo similar. Ocurrió sobre calle Necochea, frente a la plaza Chile. La víctima transportaba 1.400.000 pesos entre dólares, moneda nacional y chilena.

A las 13.30 de ese día, a la altura catastral 660, el conductor de un Peugeot 208 gris que salió de un banco frenó en un semáforo y un motochorro le rompió el vidrio de la ventanilla del asiento de acompañante y sustrajo un bolso con el dinero.

El agresor tenía cabello corto y vestía pantalón de jeans claro, camisa a cuadros y zapatillas blancas. “Tenían el dato”, señalaron fuentes policiales esa misma jornada. Toda la secuencia quedó registrada por una cámara de seguridad.

A las 14.29 del 5 de mayo, un par de hombres que circulaban en un auto robaron 4.000 dólares y 3.400.000 pesos que se encontraban en una camioneta Amarok blanca sobre calles Olegario Andrade y Martínez de Rosas de Ciudad.

La víctima cambiaba una rueda pinchada cuando los ladrones se bajaron de una Fiat Argo gris y destrozaron la ventanilla. Tomaron el bolso con el dinero y huyeron.

En un intento desesperado de recuperar los billetes, el hombre que sufrió el hecho de inseguridad se colgó del vehículo pero nada pudo hacer para evitar el hecho. También el robo fue captado por un dispositivo de seguridad.

Para los detectives, se trata de la misma banda y por eso se metieron de lleno en la identificación de sus miembros y la zona donde actuaban y marcaban a las víctimas.

Los trabajos investigativos están lejos de culminar. Se encuentran en la primera etapa. La aprehensión e identificación de los tucumanos abrió la puerta para conocer un poco de la gavilla que se instaló hace meses en la zona con más movimiento del microcentro.