La decisión del Tribunal Electoral de no modificar “sustancialmente” el cómputo oficial de las pasadas elecciones presidenciales de México allana el camino para que el derechista Felipe Calderón sea declarado nuevo presidente, coincidieron analistas. El doctor en derecho Miguel Ángel Eraña, del departamento de ciencias jurídicas de la Universidad Iberoamericana (UIA), dijo a Efe que el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) parece un “trámite de preparación para declarar presidente electo a Calderón”.
El TEPJF concluyó ayer la revisión de 375 impugnaciones y descartó de forma unánime que vaya a cambiar el resultado final de las elecciones del 2 de julio en México, que fueron ganadas, según el recuento oficial, por el conservador Felipe Calderón e impugnadas por el izquierdista Andrés Manuel López Obrador. El Tribunal anuló un total de 237.736 votos en las 11.839 mesas electorales que decidió revisar, y concluyó que el resultado no modificará “sustancialmente”el cómputo final de las elecciones.
Sin embargo, Eraña considera que quien sea declarado presidente electo por el TEPJF tendrá “un problema de legitimidad” y será “cuestionado”, dado que en la revisión de cerca de 10 por ciento del total de 130.500 mesas instaladas el día de las elecciones, se anuló un número “considerable de votos”. “Si extrapolamos esta cifra de votos anulados (237.736) a toda la elección, estaríamos hablando de una cantidad espeluznante de votos”, opinó.
Eraña criticó la decisión del Tribunal, a la que atribuyó “un problema de opacidad severo que el país no necesita, porque está en juego la legitimidad integral de la elección”. Según el investigador, el TEPJF no explicó en su decisión qué votos va a restar ni de qué distritos lo va a hacer. “No sabemos cuáles casillas (mesas electorales) se anularon ni cuáles ciudadanos del país no fueron considerados cuando fueron a votar”, destacó.
Para Eraña, solamente si el TEPJF encuentra una “intromisión abusiva del presidente en el proceso electoral” podrá calificar nula la elección, algo que tiene que decidir el Tribunal antes del 6 de setiembre, día en que debe declarar a un nuevo presidente electo. El abogado consideró que el fallo “potencia y crispa el ambiente político de manera exponencial”. Por su parte, el politólogo Salvador García Soto coincidió en que la decisión del Tribunal abona y “más o menos confirma una ruta en que lo previsible es que se ratifique el triunfo de Felipe Calderón”.
No obstante, ambos analistas comparten la opinión de que aún falta lo más importante del proceso electoral: la publicación del cómputo final de los comicios, la declaración de validez o no de la elección y la expedición de la constancia de presidente electo al candidato que haya obtenido el mayor número de votos. García precisó, empero, que el proceso de calificación de la elección es “abierto e independiente” de la decisión que tomó ayer el Tribunal.
“Los magistrados tienen plena libertad y existe la posibilidad real de que algún magistrado esté en contra de la validación de la elección”, afirmó. Según García, existe “cierta división de opiniones entre los siete magistrados” y al parecer cuatro de ellos estarían a favor de calificar como válida la elección y tres en contra. Un fallo que no sea unánime tendría “una consecuencia negativa en la legitimidad de un nuevo presidente”, y daría elementos a López Obrador para continuar con su movimiento de resistencia, sostuvo. De todos modos, la decisión que tomó ayer el TEPJF “aleja la posibilidad de que el Tribunal considere que hubo un fraude, porque solamente reconoció que algunos recursos de impugnación estuvieron sustentados”, concluyó.