La inflación no da tregua y los mendocinos hoy no tienen más remedio que caminar y caminar para encontrar buenos precios. Los que deseen incorporar verduras a su dieta diaria deberán hacer malabares para no caer en el intento.
En un recorrido realizado por la Feria de Guaymallén se pudo apreciar que los productos que hoy no conviene comprar por su elevado costo son: papas, cebolla, camote, pimiento rojo, zapallo ingés y palta; el resto está estable.
Los precios, por las nubes
Si bien la papa y la cebolla ya comenzaron a bajar sus costos, la bolsa de ambos productos se comercializan a $2.300 y $3.500, respectivamente; en las verdulerías sus precios siguen altos: $250 (el kilo de papas) y $350 (el kilo de cebolla).
De acuerdo con datos oficiales de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE), el aumento en ambas hortalizas ha rondado el 500% interanual.
Los últimos reportes actualizados del organismo provincial datan de agosto y refieren que en ese entonces la papa costaba $106 y la cebolla $200.
Incluso, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec de septiembre confirmó un aumento interanual superior al 87% en la categoría alimentos para la región de Cuyo. Con el 149,1% de incremento, es el rubro de las verduras, tubérculos y legumbres, el que registra mayor variación en relación con septiembre de 2021.
“La escasez de oferta hizo que los valores se dispararan y, de a poco, comienza a regularse”, contó un puestero de la feria que, además, aseguró que “hoy lo que está muy caro es el camote ($650 el kilo, en el mismo mes del 2021 el costo era de $71.14), el zapallo inglés ($400 el kilo) y el pimiento rojo ($800 que en un año cuadruplicó su precio)”.
“La gente ya no sabe qué llevar para hacer de comer, pero como comerciante no me queda más opción que comprar, al menos, una bolsa de estos productos porque no puedo no ofrecerlos, aunque el cliente de hoy compra por unidad”, manifestó Lucy, una mujer que tiene un Minimarket y agregó verdulería para aumentar sus ingresos.
Ante el panorama, los comerciantes recomiendan “consumir las frutas y verduras de estación o, en su defecto, las que se comercializan a buen precio”.
Hoy lo que conviene comprar es:
- Acelga: $100 el atado.
- Espárragos: $150 el atado.
- Habas: $100 el kilo.
- Zapallitos verdes redondos (mendocinos): 2 kilos por $500.
- Zanahoria: $100 el kilo.
- Alcauciles: 2 unidades por $100.
- Brócoli: 2 kilos por $250.
- Tomate: $200 el kilo (redondo); $150 el kilo (perita).
- Cebolla de verdeo: $150 el atado.
Feriantes y verduleros, preocupados
Las caídas de las ventas en la feria y en las verdulerías no son nuevas. A lo largo del año se han registrado varios aumentos, por diferentes razones, y repercutió directamente en las ventas.
“La situación es muy preocupante y la gente realmente tiene que hacer malabares para poder cocinar. Al aumento de la carne, los huevos, el pan, entre muchos más, ahora se le suma el precio de las verduras”, dijeron los comerciantes.
“Antes uno le metía verduras al guiso y con eso se zafaba, ahora hay que ver qué tipo de verduras se agrega a la olla para inflar la comida. La verdad es que cada vez cuesta más cocinar un plato rendidor”, dijo Gabriela, una ama de casa que, como todos los lunes, fue a la feria a realizar las compras semanales.
En las verdulerías el panorama no difiere mucho. “Hace tiempo que la gente no compra por kilo, sino teniendo en cuenta el dinero disponible. Ahora, la nueva metodología es comprar por unidad, incluso, he llegado a vender 3 frutillas porque a una mujer que no le alcanzaba la plata y estaba tentada”, contó Lucy, la dueña del Minimarket.
Pero no solo los clientes han cambiado sus hábitos a la hora de comprar, sino que los mismos feriantes (sobre todo los que se dedican al menudeo) también lo hicieron. “Antes compraba una caja de cada cosa, hoy mi bolsillo no me lo permite y solo compro lo que realmente necesito, incluso, he traído pimientos por unidades para vender”, expresó Leticia, cuya familia tiene puestos en la feria desde hace más de 30 años.
No queda otra que resistir
Eulogia se acerca todos los lunes a la feria para comprar cebolla, papas y alguna verdura más. Paga a un fletero y así lleva la mercadería que necesita.
“Busco precio, recorro, peleo y encuentro. Esto es así y lo tengo que hacer cada vez que vengo. Por lo general, compro cebolla para hacer empanadas y venderlas los fines de semana y así ganarme la vida”, dijo la mujer con su compra hecha.
Humberto (El Toro) es fletero y ya tiene su clientela fija en la feria. Asegura que los precios han aumentado, pero sus clientes continúan comprando el mismo volumen. “Gracias a Dios mi trabajo no ha mermado, pese a los aumentos. Y acá sigo, subsistiendo”, contó.
Gabriela es responsable de un comedor ubicado en Buena Nueva, en Guaymallén. Allí, los miércoles y viernes, asisten unas 40 personas (entre niños y abuelos) y tienen que ingeniárselas para poder darles un plato de comida nutritivo.
“Antes uno compraba molida, papas y cebolla y armaba una comida, un guiso abundante. Hoy es imposible por los precios que tienen, entonces empieza la magia para agrandar la olla y le sumamos más zanahoria que antes no se usaba, o le ponemos más zapallo (el que esté en precio) y así logramos salvar el día”, contó.