El creciente número de mujeres de países en desarrollo entre las víctimas del sida, y el papel de la discriminación en este incremento, se ha convertido en uno de los principales temas de la XVI Conferencia Internacional del Sida. Es lo que ya se está llamando la “feminización” del sida. En África, donde 6,3 millones de jóvenes de entre 15 y 24 años están infectados con el VIH –causante del sida–, el 74 por ciento de estos afectados son niñas y mujeres, según los últimos datos disponibles en la conferencia de Toronto. La tendencia no es única al continente africano.
En Asia meridional, donde existen 5,5 millones de personas infectadas, la expansión de la enfermedad está relacionada a la creciente explotación femenina, ya sea a través de redes de prostitución, trata de blancas o la discriminación social. Ayer, el ex presidente estadounidense Bill Clinton indicó en su intervención en la conferencia que la misma situación existe en la comunidad afroamericana, donde la falta de poder de la población femenina para tomar decisiones sobre su vida sexual las coloca al nivel de las mujeres en países en desarrollo. “Tenemos que volver a lo que hicimos en los 60” afirmó Clinton, en referencia al trabajo comunitario realizado hace 40 años en ese país para integrar a las comunidades más desprotegidas y ayudarlas a trabajar en la prevención de la enfermedad.