La apatía predomina en la campaña para las elecciones presidenciales en Brasil, que ayer estuvo marcada por la visita del candidato de la oposición, Geraldo Alckmin, a la Rocinha, considerada la mayor favela de Río de Janeiro y del país. Alckmin fue recibido con entusiasmo por unos, escepticismo por otros y algo de sorpresa por muchos que se cruzaron inesperadamente con el grupo de políticos, asesores y periodistas que invadió, por unas horas, las angostas calles de esta barriada pobre.

    El candidato, quien aspira a la presidencia de Brasil por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), no dudó en mezclarse con los moradores de Rocinha para saludar con una sonrisa y dar un apretón de manos a comerciantes, madres de familia y otros transeúntes que se cruzaron en su camino. La visita comenzó en un centro de salud de la favela, continuó por la principal arteria urbana, lo que colapsó el tráfico, para recorrer después calles angostas y laberínticas que conducen a las miles de viviendas precarias que se extienden por la montaña y componen la favela.

   Fueron inevitables los apretones y empujones, así como las quejas de algunos vecinos que se vieron sorprendidos por la comitiva cuando intentaban dirigirse a algún punto en dirección contraria. Alckmin hizo una breve parada en una terraza, desde la que se divisa la inmensidad de la favela y el contraste de sus viviendas con los lujosos inmuebles situados ladera abajo. Allí aprovechó para criticar ante los periodistas que le acompañaban las medidas sobre vivienda anunciadas este martes por el Gobierno, que consideró electoralistas. Además, valoró positivamente los resultados de la última encuesta sobre intención de voto, en la que subió un punto porcentual, lo que le permitió decir que es la única candidatura que está creciendo.

EN CAMPAÑA. Según el presidente de la asociación de moradores de Rocinha, William de Oliveira, el candidato del PSDB manifestó “su deseo de conocer” a los habitantes del barrio, por lo que la comunidad le invitó a visitarles. “Siempre es importante recibir a las autoridades”, dijo a Efe el líder comunitario, quien aseguró que la favela tiene “sus puertas abiertas” a cualquier candidato. Para la comunidad, fue una oportunidad para subrayar las carencias que tienen, especialmente en instalaciones de ocio y de deportes, de salud y de infraestructura.

    La visita de Alckmin a Rocinha, donde iba a ser entrevistado por la cadena de radio y la televisión comunitarias, es la tercera que hace a un barrio pobre y populoso de Río de Janeiro en poco más de una semana. El candidato ha multiplicado las visitas sobre el terreno para darse a conocer mejor, aunque el instrumento de campaña clave para todos los candidatos son los espacios gratuitos de los que disponen en la radio y la televisión.

    De la misma forma, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que aspira a ser reelegido el 1 de octubre y es favorito con una amplia ventaja en las encuestas, tiene previsto visitar esta noche otra comunidad de Río de Janeiro para reunirse con un grupo de mujeres de escasos recursos. La campaña entra en la recta final y las críticas entre candidatos se han agudizado, sin lograr sacar realmente del letargo a los electores. Muchos de ellos explican su desinterés porque las encuestas dan como claro vencedor a Lula, quien tiene un 50 por ciento de intenciones de voto.