Nuestro gobernador, mal que les pese a sus ex correligionarios y mentores, es un tipo querido. Es cierto que se encarga de dejar en claro que es un hombre común, que no vive en la nube de gas en la que cree estar la mayoría de los políticos. Y ayer dio una demostración de eso. En una maratón en la que participó, debió responder con tímidos “sí, sí” a decenas de personas que le pedían que fuera el candidato a vicepresidente de Néstor Kirchner. Entre tímido y un tanto molesto –aunque lo disimuló muy bien, por la presencia de periodistas–, Cobos evitó referirse específicamente a su posible candidatura. Lo que quedó claro, una vez más, es que entre el gobernador y el ciudadano común hay un diálogo llano, que a veces le ha costado a Kleto un disgusto.