Agustín Rojos Baro se encuentra en la orden del día desde el martes.

Agustín Tomás Rojos Baro zafó este año de ser condenado a prisión perpetua por el asesinato de la preceptora Hilda Elvira Vedia en Guaymallén. El martes 13 de julio del 2021, una banda juvenil ingresó al domicilio de la mujer de 48 años e intentó robar marihuana que, al parecer, había en el lugar. La víctima nada tenía que ver con la sustancia y recibió un balazo que terminó costándole la vida 17 días después.

Rojos Baro fue el único sujeto que llegó a juicio y el pasado jueves 8 de junio un jurado popular lo desvinculó del asesinato y sólo lo halló culpable por el delito de participación secundaria de robo agravado por el uso de arma de fuego en grado de tentativa, recibiendo de parte del juez técnico Eduardo Martearena tres años de prisión en suspenso y recuperando la libertad al otro día porque ya había cumplido las dos terceras partes de la pena en situación de encierro.

De acuerdo con fuentes policiales y judiciales, este joven podría volver a la cárcel porque se encuentra con pedido de captura desde el martes 19 por pedido del fiscal de Violencia de Género Federico Bergamin.

Ese día su ex pareja lo denunció por golpearla luego de una discusión que mantuvieron en el domicilio de ella, ubicado sobre calle Maure de El Bermejo.

La información a la que accedió El Sol sostiene que, minutos después de las 15 de ese día, la ex novia del sospechoso, de 28 años, llegó a su hogar de calle Maure y observó que Rojos Baro se encontraba durmiendo. La joven contó que, a simple vista, estaba ebrio y “bajo los efectos de estupefacientes”, por lo que le exigió que se retirara del lugar.

Sin embargo, Rojos Baro se ofuscó y comenzó una pelea. En un momento, describió la denunciante, sufrió un golpe de puño en el pómulo izquierdo. Las fuentes contaron que el ex convicto se retiró rápidamente de la escena en un auto gris.

A los pocos minutos, ingresó un llamado al 911 por violencia de género y una movilidad policial llegó hasta la propiedad de la denunciante. Los uniformados recibieron la primera versión de la víctima y luego dieron aviso al ayudante fiscal, quien dispuso que radique la denuncia correspondiente en la Oficina Fiscal Nº9.

De esta forma, Rojos Baro, con base en zonas de calle Tirasso y Marie Curie, quedó con pedido de captura. Hasta la tarde de este jueves, continuaba en la clandestinidad.

Las fuentes consultadas por este diario contaron que, de ser detenido, sería imputado por las lesiones en contexto de violencia de género y volvería a la penitenciaría porque “se encuentra en libertad condicional”.

El hecho que lo mantuvo en la cárcel

Rojos Baro es un personaje conocido en Guaymallén por diversos hechos, principalmente robos. Cuando fue detenido por el asesinato de la preceptora Hilda Vedia, reconoció que había participado del asalto en la vivienda del barrio Covimet IV de Rodeo de la Cruz. Sin embargo, aclaró que no había sido el autor del disparo que terminó con la vida de la mujer.

Durante en la instrucción, declaró y aportó los nombres de los otros integrantes de la banda. Hubo nuevos detenidos pero no se pudo comprobar su participación.

Durante el debate que se realizó este año, los fiscales de Homicidios Fernando Guzzo y Claudia Ríos sostuvieron que se trató de un homicidio criminis causa y que Rojos Baro era coautor del asesinato de Vedia.

A pesar de sus argumentos, el jurado popular entendió que el joven no tuvo relación directa en el crimen y que pero sí del asalto. Lo sentenciaron a tres años de prisión en suspenso y como llevaba dos en situación de encierro, recuperó la libertad.