Lo conocen como el Costrita. Tiene 22 y se movía por el barrio Santa Teresita de Las Heras. Desde el 28 de febrero, Kevin Ariel Vera Valdez se encuentra tras las rejas por el asesinato de Gabriel Ortiz Vilchez, el joven padre que fue atacado por un par de malvivientes para robarle mientras se dirigía a trabajar en una empresa de instalación de piscinas ubicada en el Parque Industrial del citado departamento.

Este lunes la Justicia le dictó la prisión preventiva al imputado por una calificación que prevé prisión perpetua en caso de ser hallado culpable en un juicio por jurado: homicidio criminis causa en concurso real con robo y por la participación de un menor. La causa está en manos de la fiscal de Homicidios Claudia Ríos.

Además de continuar preso por el crimen de Ortiz Vilchez, el juez Gabriel Bragagnolo resolvió la medida cautelar como solicitó el Ministerio Público por otro caso de robo ocurrido un par de días antes de la agresión contra el trabajador, cuya víctima fue determinante para el avance de ambas instrucciones.

El caso tiene a un par de testigos que reconocieron al Costrita como autor del asesinato de Ortiz Vilchez. Uno de ellos identificó porque le había robado en la zona un bolso con una billetera, dinero y medicamentos. La víctima de ese hecho le contó a su familia y con la descripción que hizo del autor –rengueaba y se encontraba vendado por recibir una paliza-, lo identificaron.

Se dirigieron hasta la casa del padre y le pidieron que le devolviera los bienes sustraídos. El padre del Costrita entregó los remedios y la billetera pero no el dinero en efectivo. El 19 de febrero, esa misma persona también lo detectó corriendo después del asesinato de Ortiz.

La víctima circulaba en bicicleta la mañana de ese lunes hacia su trabajo en una empresa de piscinas ubicado en el Parque Industrial lasherino cuando recibió un fuerte golpe en la cabeza sobre calle Lisandro Moyano, entre Ameguino y Fangio. El asalto sucedió pasadas las 6 y los malvivientes —dos captados por una cámara de seguridad— se llevaron la bicicleta y la mochila de la víctima.

No está claro si fue con una piedra, un ladrillo o un palo; pero el golpe que sufrió en la cabeza el joven de 30 años, casado y con tres hijos, fue tremendo. A la víctima diagnosticaron lesiones irrecuperables en el cráneo y fue trasladada de urgencia al Hospital Central.

Luego fue derivada al Italiano de Guaymallén, donde entró en coma y falleció el domingo 25 de febrero. Su familia donó los órganos esa misma jornada.

Con el paso de los días, desde el entorno de la víctima comenzaron a recibir información sobre el Costrita Vera Valdez. Se contactaron con un hombre que conocía todos los movimientos del sospechoso y consiguieron el lugar donde se escondía luego de varios intercambios de WhatsApp, en la vivienda de una hermana del sospechoso ubicada en calles El Carrizal y San Vicente de Godoy Cruz.

Efectivos de la División Homicidios de Investigaciones subieron al datero en una movilidad y le pidieron que marcara la propiedad. Con orden de allanamiento en mano, irrumpieron en la propiedad y lograron la detención del Costrita, quien tenía pensado fugarse a Chile con la ayuda de su círculo íntimo.

La investigación tiene una hipótesis que apunta a un menor de edad y otro sujeto que sería vecino de la víctima como sospechosos del hecho.

El más chico tiene 16 años y “es muy amigo del detenido. Estaban siempre juntos. Podría ser el autor del golpe fatal. En un momento se habló con su familia porque existía la posibilidad para que lo entreguen” pero esto no sucedió con el paso de las semanas. Es más, fuentes del caso detallaron a este diario que, recientemente, lo detectaron en el barrio donde se movía, el Santa Teresita.