Jesús David Calderón fue acribillado con un arma blanca en el departamento donde vivía en Ciudad, la madrugada del 2 de enero. Tenía 30 años y los autores del hecho le robaron dinero en efectivo, ropa y el teléfono celular. Le dieron varios puntazos y lo dejaron atado arriba de una cama. 

Una profunda pesquisa de la Fiscalía de Homicidios y de los policías y técnicos de esa división de Investigaciones permitió la captura de los dos sospechosos en febrero en la Ciudad Autónoma de Buenas Aires, poco más de un mes después del homicidio perpetrado en la vivienda ubicada en un edificio de calle Gutiérrez 650.

Este jueves por la mañana, la jueza Mirna Montaldi, del Juzgado Penal Colegiado N°1, dictó la prisión preventiva contra los dos imputados, Axel Tolosa (19) y Tomás Rubbiani (22), como coautores del delito de homicidios criminis causa, que prevé como única pena la prisión perpetua en caso de ser hallados culpables.

De esta forma, ambos continuarán tras las rejas mientras continúa la investigación de la causa. El próximo paso será la elevación a juicio.

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Para la líder de la instrucción, la fiscal de Homicidios Andrea Lazo, no existen dudas sobre la autoría del hecho de sangre, tal como argumentó durante la audiencia fijada por la medida cautelar: entiende que Tolosa y Rubbiani se encontraron con la víctima en el Centro (hacía poco tiempo que se conocían), se dirigieron hasta la casa de Calderón, mantuvieron relaciones íntimas y después lo acribillaron con un arma blanca.

Para llegar a esa conclusión, los detectives analizaron 22 cámaras de seguridad (uno de los aparatos detectó a los tres jóvenes caminando por la plaza San Martín), realizaron un cotejo de ADN con rastros de semen levandos en la escena (fue positivo con uno de los detenidos) y encontraron el teléfono celular de la víctima después de un largo recorrido (había sido comercializado en San Luis, donde uno de los sospechosos tenía su familia) mientras huían hacia el este del país.

A Calderón le robaron 60 mil pesos que guardaba en su casa. También diversas ropas y el citado celular. Los sabuesos de Investigaciones siguieron esos elementos para dar con los dos sospechosos, luego de que abandonaran la provincia tras el hecho.

Una vez identificaron, detectaron que las prendas de vestir de Calderón, como así también el teléfono celular, habían sido publicados en Facebook para su venta. Esas pistas fueron llevando a los policías y a la Justicia por el camino correcto.

Primero llegaron hasta San Luis y dieron con el aparato de telefonía. Lo tenía un hombre que lo había “comprado de buena fe”. Concluyeron que Tolosa y Rubbiani lo comercializaron mientras pasaron por la provincia puntana y siguieron su camino hasta la costa argentina.

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Así fue que, el 12 de febrero, y después de confirmar que se encontraban en CABA, una comisión de policías locales ubicó a los dos jóvenes y los capturaron.

Los trajeron hasta la provincia y la fiscal Lazo los acusó por homicidios criminis causa. Entiende que los acusados ganaron la confianza de Calderón y lo mataron para lograr la impunidad del robo.