Policías capturaron la tarde de este miércoles al segundo sospechoso del crimen del futbolista Lucas Alexis Amarilla (21), ocurrido a fines de junio en el barrio Santa Teresita de Las Heras.

Se trata de Jesús Sebastián Villalba Quiroga, de 18 años, quien fue detenido por efectivos de la Unidad Investigativa Departamental Las Heras (UID) mientras hacían un procedimiento en las inmediaciones del barrio Espejo, que no estaba vinculado al hecho de sangre. 

En medio de las tareas, observaron salir de un domicilio un Volkswagen Golf, conducido por una chica que sería novia del sindicado matador. Ante eso, le frenaron el paso cerca del cruce de calles Azcuénaga y Olascoaga y al requisar el vehículo encontraron a Villalba escondido en el interior del baúl

El acusado es miembro de la banda familiar de los Canavis, que desde hace años siembra el terror en el Santa Teresita y alrededores. Sus hermanos, Maximiliano Horacio y Franco Jesús, conocidos como Cara de Loco y Macaco, han sido señalados por diversos hechos delictivos en los últimos años y tuvieron numerosos pasos por prisión. 

Además, Jesús Sebastián es tío del menor de 16 años que fue atrapado el lunes y que también fue marcado como coautor del asesinato del joven deportista.

Ver también: Una guerra por drogas como hipótesis del crimen del joven futbolista en Las Heras

Después de la detención, Villalba quedó a disposición de la fiscal García Cobos, quien se encuentra subrogando al fiscal Carlos Torres -a cargo del expediente- durante la feria judicial de invierno. Se espera que en las próximas horas la representante del Ministerio Público lo impute y defina si pasará o no a la cárcel. 

En tanto, en la causa resta por detener un tercer sospechoso: un joven oriundo del barrio Sismo V (se reserva su identidad por pedido judicial), quien tiene fuertes vínculos con nueva generación de los Canavis.

El caso

Corría la madrugada del domingo 26 del mes pasado cuando, pasada la 1, Lucas Amarilla salió de la casa de su hermano junto a un primo de 17 años. De manera inesperada, ambos quedaron en medio de un furioso tiroteo.

Al parecer, los balazos provenían desde los techos de diferentes domicilios y tenían como objetivo atacar a Andrea Soledad Lera, una mujer que se encuentra cumpliendo prisión domiciliaria por una causa de venta de estupefacientes y reside en ese sector de la barriada. 

Sin opciones de resguardarse o protegerse de alguna manera, Amarilla recibió impactos de bala: uno en el cuello y otro en la nuca. Su familiar también fue alcanzado por un plomo en la cabeza, pero la herida no revistió gravedad. 

Lera resultó rozada por uno de los proyectiles que dispararon los malvivientes. Los tres fueron trasladados al Hospital Carrillo, pero Amarilla se llevó la peor parte y falleció en el camino al nosocomio, por lo que los médicos sólo pudieron constatar su deceso. 

La hipótesis principal sostiene que la víctima fatal nada tenía que ver con el conflicto que originó la balacera. Lejos de eso, dedicaba su vida al fútbol -había jugado en las inferiores de Real Mendoza y Maipú- y a su trabajo en la Municipalidad de Las Heras.