Diego Carlos Rosales Pereyra, alias el Tres Dedos, salió hace siete meses de la cárcel y se instaló en una precaria vivienda de la manzana A del barrio Álvarez Condarco -antiguamente conocido como Los Chilenos-, en Las Heras. En esa casa pasó la noche del miércoles sus últimos instantes con vida, antes de que lo ejecutaran de dos balazos en el pecho.

La versión inicial que manejan los detectives sostiene que un grupo de vecinos fue a ajusticiarlo al intentar propasarse con una chica de 18 años. La joven habría pedido auxilio a gritos y, cuando fueron socorrerla, uno de ellos sacó un arma de fuego y mató al ex reo.

No es la primera vez que Rosales Pereyra es blanco de una represalia después ser acusado de haber cometido un hecho grave contra una mujer. En 2008, fue sindicado junto a uno de sus hermanos por el abuso sexual de una mujer y su hijita de 10 años durante un asalto domiciliario en el barrio Olivares de Ciudad.

En esa ocasión, los vecinos de ese complejo ubicado en el oeste capitalino también se levantaron en contra de los presuntos autores y prendieron fuego y destruyeron una casa que solían frecuentar. Sólo quedaron los escombros.

Por ese hecho, el Tres Dedos, su hermano, apodado el Pichi, y un tercer acusado, conocido como el Negro Páez terminaron siendo condenados poco más de un año después.

Luego de cumplir esa pena, Rosales Pereyra no dejó de delinquir. Incluso, cayó en 2022 por un robo simple en grado de tentativa y en setiembre de ese año lo volvieron a sentenciar a cuatro meses de prisión en efectivo, más declaración de reincidencia.

Una vez purgado ese castigo, regresó a las calles y tuvo un final trágico, terminando acribillado sobre la cama de su habitación y marcado nuevamente por un ataque contra una mujer.

Ahora, los detectives del caso, que trabajan bajo las directivas de la fiscal de Homicidios Claudia Ríos, buscan identificar al autor de los disparos que le quitaron la vida al Tres Dedos.

La tarea de los sabuesos no es nada sencilla, se trata de una zona considerada complicada por los policías que allí trabajan y será difícil sacarle información a los testigos.

Más allá de eso, las averiguaciones practicadas por El Sol en ese sector lasherino sostiene que el matador fue “un tipo conocido en el barrio”, al que pocos podrían animarse a “mandar al frente”.

Asalto y violación en Ciudad

Fue durante la mañana del jueves 27 de marzo del 2007 cuando cinco malvivientes armados irrumpieron en una casa familiar del barrio Olivares. En el interior se encontraban una mujer junto a sus tres hijos, a quienes amenazaron para sustraerles sus pertenencias.

Los asaltantes tomaron algunos electrodomésticos y otras pertenencias de valor, pero los miembros de la banda que apuntaban con una pistola a la madre y sus hijitos abordaron a la mujer y la manosearon, señala la información policial de aquella época.

Al mismo tiempo, fueron por la pequeña que tenía sólo una década de vida -la mayor de los tres niños presentes- e intentaron accederla carnalmente, pero no lo lograron y luego se dieron a la fuga.

El episodio provocó la bronca de los habitantes de la barriada, que marcaron como responsable a un vecino, a quien solían frecuentar los presuntos autores. A raíz de la pueblada, la del hombre casa fue completamente destruida.

Días más tarde, a comienzos de abril, el Tres Dedos, su hermano y el otro sospechoso fueron detenidos e imputados. Mientras que el 9 de noviembre de 2010 la Segunda Cámara del Crimen los condenó a los Rosales a 14 años de prisión y al restante a 13 años de encierro.

En la jornada final del juicio contra los hermanos Rosales una allegada a las víctimas se descompensó.

Ese día, se vivieron momentos dramáticos en los Tribunales provinciales y una familiar de una de las víctimas se desmayó durante el dictado de la sentencia.

Ejecutado en Las Heras

El funesto final del Tres Dedos tuvo su inicio cerca de las 21 cuando se encontraba junto a una muchacha dentro de su casa del barrio Álvarez Condarco.

Los vecinos escucharon los gritos de auxilio de la chica y acudieron hasta ese lugar para ayudarla. Al mismo tiempo, un grupo de lugareños atacó a Rosales Pereyra y, en medio del tumulto, recibió dos disparos letales en el tórax.

Efectivos de Investigaciones que trabajaron en la escena entrevistaron a la chica que se encontraba con el fallecido y ratificó la versión de que habría intentado sobrepasarse con ella y eso provocó el posterior ataque.