El sector del jardín donde hallaron la droga; el módulo 4.1 por dentro (decorado en fiestas de fin de año) y el Peter, señalado como referente.

Otra vez el módulo 4.1 del Complejo Penitenciario III, Almafuerte, de Cacheuta. Nuevamente, el mismo referente del sector en la mira por ingreso de estupefacientes para comercialización y consumo interno. Un dato que llegó a las autoridades del Servicio Penitenciario (SP) provincial generó este miércoles una destacada incautación de marihuana y cocaína en un específico lugar del citado módulo.

La información a la que accedió El Sol sostiene que los uniformados encontraron “cinco envoltorios de forma rectangular en el gallinero” correspondiente al pabellón, donde también hay diversas plantaciones de verduras y lugares de esparcimiento.

La reconstrucción del procedimiento agrega que los panes de la marihuana se encontraban cubiertos con cinta de embalar color marrón, como generalmente son transportados desde su zona de origen. “No llevaban mucho tiempo escondidos allí”, revelaron las fuentes que trabajaron en el caso.  

El peso total de la sustancia de origen vegetal fue de 3,649,2 kilogramos. Durante la requisa, también revisaron un desagüe cloacal. En su interior hallaron dos envoltorios con polvo blanco que terminaron siendo positivos para cocaína, arrojando un peso de 1,8 gramos.

La zona del pabellón 4.1.

Una vez culminado el procedimiento, fue notificado el Ministerio Público Fiscal Federal, específicamente el Área de Investigación y Litigación de Casos Sencillos, que desde agosto instruye estas causas luego de la aplicación del Código Procesal Penal Federal en Mendoza, para que comience la instrucción del caso

Los primeros trabajos investigativos apuntaron a intentar determinar cómo ingresó la sustancia hasta el sector exterior del pabellón y quiénes podrían estar vinculados.

Debido a esto, la sospecha de connivencia penitenciaria no tardó en ingresar al grupo de hipótesis que manejaban los pesquisas. Las fuentes explicaron que es prácticamente “imposible” que familiares de internos hayan metido la droga durante los horarios de visita, por lo que comenzaron a incorporar pruebas para potenciar los trabajos investigativos e iban a comenzar a citar a los responsables de seguridad interna.

Una de las órdenes que a solicitar estaba relacionada con el analizar las cámaras de seguridad, con el objetivo de determinar si no se trata de un punto ciego sin acceso a grabación. Las autoridades del complejo ubicado en Luján explicaron que esperaban por el pedido de la Justicia para avanzar en la recopilación de esas imágenes.

“Si la zona no es alcanzada por las cámaras, es posible que todos los involucrados sabían lo que hacían y a dónde ‘enfriar’ la marihuana” antes de comenzar a fraccionarla en el citado módulo 4.1 para luego comercializarla intramuros. Con la cantidad de cannabis encontrada se podían armar más de tres mil dosis.  

Esta no es la primera vez que el 4.1 es motivo de investigación penitenciaria y judicial federal por tema ingreso, tenencia y comercialización de estupefacientes. Ese módulo, que se destaca del resto por su “colorido, decoración y tecnología” (hay televisores de grandes pulgadas) y también por superpoblación, está liderado por un reo conocido con el alias de “Peter”, quien se encuentra purgando una pena que termina de cumplir en el 2037 por un homicidio en Guaymallén.

Peter es un referente o “pluma” del módulo. Así lo llaman los propios internos a los líderes de sector. Desde hace un par de años, es marcado por la propia población carcelaria por sus contactos con algunos guardiacárceles y maniobras de ingresos de drogas y teléfonos celulares. Sin embargo, a pesar de algunas investigaciones que se iniciaron e informes preventivos de Inteligencia, no ha sido imputado.

En mayo de este año, 14 presos de este pabellón confesaron en un juicio abreviado que tenían en el interior de una celda una importante cantidad de cocaína y marihuana, la 407, tal como reveló este diario.

Las penas que recibieron fueron de entre 2 y 5 años de cárcel. Antes de que termine el año, este secuestro de importancia volvió a poner en escena el ingreso, comercialización y consumo de sustancias ilícitas en los penales provinciales.