La novedad ingresó el sábado por la mañana como un posible asalto con un hombre baleado en la zona de la ruta Panamericana, en Luján de Cuyo. Pero con el arribo de la primera movilidad, la propia víctima contó a los policías lo que había sucedido minutos antes. Describió que un hombre “grandote” se aproximó hasta donde se encontraba y le disparó sin mediar palabras, descartando un hecho de inseguridad.

Gustavo Alejandro Balmaceda, de 52 años, recibió dos balazos, uno en cada pierna. Se encontraba herido pero consciente. Habló con los uniformados y esto permitió realizar una reconstrucción física del agresor.

Lo trasladaron al Hospital Central en el interno 145 del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) pero no sobrevivió con el paso de las horas: uno de los proyectiles dañó la arteria femoral y la pérdida de sangre en exceso terminó constándole la vida.

La causa comenzó a ser investigada como asesinato en las últimas horas del lunes –el fallecimiento se decretó a las 15– por la fiscal de Homicidios Claudia Ríos y este martes no había detenidos.

El análisis de una serie de pruebas, cómo una cámara de seguridad ubicada en los alrededores del teatro del hecho, más la búsqueda de testigos en la zona, se transformaron en la clave de la instrucción.

De acuerdo con información a la que accedió El Sol, Ríos y los efectivos de la División Homicidios de Investigaciones realizaron una reconstrucción inicial de lo que pudo haber pasado sobre la citada ruta Panamericana kilómetro 16/5, entre calles Señorita Chicha y Belgrano.

Balmaceda había nacido el 2 de agosto de 1969 y era comerciante. Vivía en el barrio Canales Mendocinos de Maipú y se dedicaba a la venta de cafés y tortas. Tenía un pequeño puesto a la vera de la transitada calzada y con eso se ganaba la vida.

El sábado llegó temprano hasta el lugar, tal como detalló a los primeros policías que llegaron luego de un llamado al 911. Dijo que se encontraba sentado y que llegó un hombre robusto, que vestía ropas negras. Lo describió con un tapabocas y un morral oscuro.

Dijo que prácticamente no hubo diálogo y que le disparó dos veces con una pistola. Efectivamente, Policía Científica trabajó en la escena después del ataque y levantó una vaina servida calibre 9 milímetros.

Los plomos atravesaron ambas piernas y quedó tirado en el piso. Con el arribo de los policías y de la ambulancia, se realizaron los primeros auxilios. Balmaceda había perdido mucha sangre pero pudo hablar con los médicos.

Por su parte, los policías que estuvieron en el teatro del hecho contaron a la víctima no le habían robado nada. Es más, si bien se creía que era un hecho de inseguridad, con el paso de las horas la causa comenzó a presentar un giro de 180 grados y la hipótesis principal apunta a un problema que pudo haber tenido con la víctima con alguien a quien conocía.

“El agresor, evidentemente, no tuvo la intención de matar. Disparó a las piernas y se fue”, contó un pesquisa a este diario.

Por los testimonios y otras pruebas que se analizan en la fiscalía de Ríos, el matador podría ser un hombre que llegó en auto y lo estacionó cerca del lugar para luego escapar a toda velocidad.

En las próximas horas se iban a sumar nuevas testimoniales para intentar esclarecer el asesinato. Y algunos familiares de Balmaceda fueron citados a comparecer para brindar su declaración.

El objetivo, explicaron las fuentes, es saber si la víctima tenía conflictos con alguna persona de su entorno.