Los comicios celebrados el 2 de julio definieron las tendencias del escenario político en Bolivia, con un importante triunfo del partido del presidente, Evo Morales, y una oposición que surge de las regiones identificadas con las autonomías y no de los partidos tradicionales, destacaron expertos. El domingo pasado, los bolivianos acudieron a las urnas para elegir a los 255 integrantes de la Asamblea Constituyente que se instalará el próximo 6 de agosto. Además votaron, paralelamente, un referéndum sobre el modelo de autonomías departamentales.
El Movimiento al Socialismo (MAS, oficial) conquistó 50,71 por ciento de los votos (1.322.263) en la elección de la Asamblea Constituyente, al imponerse en siete de los nueve departamentos del país, según un reporte emitido por la Corte Nacional Electoral (CNE). Dicho resultado, de acuerdo con estimaciones preliminares, le garantizaría al oficialismo, al menos, 139 de los 255 puestos en disputa para la Asamblea, escenario donde Morales y distintas agrupaciones sociales esperan “refundar” el país y saldar la deuda de exclusión con los campesinos, indígenas y desposeídos.
Sin embargo, este triunfo no le permitió al MAS asegurar los “dos tercios” requeridos para la aprobación de leyes en esa Asamblea. Los conteos oficiales indican, además, que los partidos de oposición, como la agrupación Poder Democrático y Social (Podemos) –del ex gobernante Jorge Quiroga– y Unidad Nacional (UN) –del empresario Samuel Doria Medina– terminaron muy por debajo del MAS. Podemos se ubicó en un distante segundo lugar, con 15,32 por ciento (399.634 votos), y UN alcanzó 7,19 por ciento (187.669 votos), detalla el informe de la CNE.
En el caso del referéndum, el “No” se impuso en cinco departamentos, frente al “Sí” que dieron las regiones de Santa Cruz (oriente), Beni (noreste), Pando (norte) y Tarija (sur), integrantes de la denominada “media luna” de Bolivia. “El partido gobernante amplió su liderato en el país, lo que, si bien puede regocijarlo, por otra parte le significa asumir una gran deuda ante el país y, en última instancia, ante la historia. No es frecuente en el mundo que un partido adquiera tanto poder a través de las urnas, que son la expresión más pura y legítima de la democracia”, destacó en su editorial el diario La Razón, de La Paz.
Advierte, empero, que “la posesión de un poder de tal magnitud implica muchas exigencias para justificar lo alcanzado”. Para otros sectores –entre ellos de oposición–, este resultado asegurará que la Constituyente se convierta en un “espacio de consenso” con las distintas fuerzas y no en el que se imponga una “hegemonía”. Pero fue el resultado de la consulta autonómica el que no sólo pareció dividir al país entre los que apoyan y los que se oponen a la implantación de este modelo, sino que –a juicio de expertos– dejó en evidencia una oposición regional.
“Aparentemente, no debería haber ninguna duda de que se han diseñado dos países, dos visiones, la famosa ‘media luna’ y el occidente (del país)”, explica el analista Cayetano Llobet en su columna dominical. Para Llobet, el presidente Morales decidió “no ser neutral” en este referéndum, al declararse a favor de una autonomía “solidaria” y contrario a una autonomía para las “burguesías”.
“Creo que el único partido verdadero de oposición que tiene hoy (Morales es) el que se traduce en realidad regional”, sostiene Llobet, a tiempo de indicar que “si hubiera contado con un asesor con habilidad y oficio, le habría aconsejado tomar partido por el ‘Sí’, robándole a Santa Cruz su principal bandera”. Las regiones que votaron por el “Sí” se han declarado dispuestas a dialogar sobre autonomías, y anticiparon que seguirán de cerca la Constituyente buscando que este tema se aborde con prioridad.
“Ya pasó la campaña electoral, ahora se trata de ver, punto por punto, cómo queremos las autonomías departamentales y qué proponemos para las regiones”, dijo Alberto Melgar, del comité cívico de Beni, a medios locales, al anticipar el papel regional en esa Asamblea. Los expertos estiman que las elecciones confirmaron la fortaleza del partido de Morales y la aparición de una oposición regional, por lo que proponen trabajar en la unificación del país para que la Constituyente sea un espacio de encuentros y no de desencuentros.