A 200 años de su creación, la Biblioteca Pública General San Martín ha emprendido un arduo desafío como es digitalizar la historia de Mendoza, reflejada en diarios antiguos que van desde 1880 en adelante, algunos de ellos, denominados prejoyas.

El objetivo consiste en conservar este material para poner a disposición de investigadores e historiadores y evitar que la manipulación a la que son sometidas al momento de consulta deterioren las piezas históricas.

Se trata de cien mil ejemplares que forman parte de la hemeroteca de la institución y que conserva títulos de diario Los Andes, El Diario, Ferrocarril, La Palabra, El Porvenir, El Comercio, entre otros verdaderos tesoros de la historia mendocina.

La era 2.0 llegó a la San Martín

El preciado patrimonio que conserva la entidad pública está integrado por miles de libros y ejemplares de lectura, que responden a las diversas necesidades que puedan demandar las personas interesadas.

Entre ellas, figura este tesoro resguardado en la hemeroteca local, una de las más importantes del país, por la gran cantidad de archivos conservados, los cuales datan de 1880 en adelante.

“Se trata de piezas de diarios que, en su mayoría, ya no existen y que permanecen muy bien conservados dentro de la San Martín”, contó Fabián Sama, director de Estrategias Culturales.

“El trabajo de restauración que realiza el grupo es artesanal, de cuidado extremo, para evitar la contaminación de las piezas, ya que es material muy delicado y en muchos casos el papel es tan fino, que el deterioro es mayor”, agregó el funcionario.

Uno de los diarios que se encuentran en la Biblioteca y que data de 1919.

El equipo conformado para esta tarea está integrado por José Luis López, de P&L Corp., y los bibliotecarios Carina Carvelli, Adriana Conte, Ana Laura Cufré y Nicolás Munilla.

“Este proyecto de digitalización parte de la iniciativa del Ministerio de Cultura y Turismo de la provincia y se realizó con el aporte del Consejo Federal de Inversiones. La empresa a cargo del trabajo es P&L Corp. que cuenta con más de 12 años de experiencia en el rubro de gestión documental y desarrollo de sistemas”, contó Sama.

La maquinaria que manipulan es de origen extranjero y es la que se utilizó, por ejemplo, para la digitalización de documentos del Vaticano, entre otros. Se trata de equipos con software muy avanzado, que ayuda a la calidad y velocidad que requieren este tipo de proyectos.

La maquinaria utilizada es la misma con la que se digitalizaron documentos existente en el Vaticano.

Mucho más que digitalizar

Los responsables del trabajo se dividen en dos grupos y es mucha la paciencia que cada uno le dedica a su rol ya que no todos los ejemplares luce en perfectas condiciones, algunos, los más añosos, cuenta con un deterioro importante producido no sólo por el paso del tiempo, sino por microbios, bacterias y acontecimientos propios del mismo medio ambiente.

“La prioridad a la hora de seleccionar las obras digitalizadas es el deterioro de las piezas y en la hemeroteca abunda, por ello, se decidió preservarlas antes de su pérdida absoluta”, contó Sama.

Luego se continuará con los ejemplares que verdaderamente lo necesiten y si bien el concepto mundial es la digitalización de las bibliotecas, las autoridades locales aclaran que los libros seguirán existiendo como tal.

La nostalgia de volver al pasado

Los diarios que están siendo digitalizados se encuentran compilados en tomos encuadernados en libros, que en muchos casos requieren de restauración previa por el deterioro en que se encuentran.

Con el material seleccionado arranca el proceso que, según los especialistas, se realiza de manera aérea para no perjudicar las piezas.

“Los ejemplares se colocan en una cama plana y pasan por el escáner, que toma automáticamente la imagen, identificándola en formato original y con calidad de alta definición”, explicó José Luis López, líder del proyecto.

Luego, agregó: “Una vez finalizada la toma de la imagen, se guarda en un repositorio digital y se indexa al software para comprimir el material y habilitarlo en un formato más liviano para que todo el que lo requiera pueda consultarlo”.

El trabajo es muy lento y minucioso.

Independientemente de lo técnico y de la importancia de preservar el material, los bibliotecarios que desarrollan la tarea aseguran estar fascinados tanto por el avance logrado, como por la posibilidad de volver al pasado y rememorar viejas épocas.

“Los tiempos que tenemos para realizar la tarea se ajusta al estado de los diarios, pero también a nuestro desempeño que muchas veces se ve interrumpido por lo que implica recorrer esos ejemplares”, expresó Carina Carvelli, una de las bibliotecarias responsable de la tarea.

La profesional no deja de sorprenderse por lo que lee en las notas de 1970 y que coinciden con los diarios de hoy. “Es increíble como las noticias se repiten una y mil veces, las quejas de años atrás son las mismas de ahora y eso sorprende mucho. También el tratamiento que se le daba a ciertos temas, como el abuso de mujeres, y su evolución en el tiempo”, describió.

Algunas de las noticias reproducidas en el 70 y que cobran protagonismo en la actualidad.

Y la verdad que cuando se ingresa a la pequeña sala donde se realiza el proceso, difícilmente se pase por alto el material que es digitalizado. Allí es posible volver al pasado mediante las publicidades, recordar tiendas y locales que fueron parte de Mendoza como Beige, supermercado Metro, tienda Unión, la programación de las salas de cine como el Gran Rex o el Lavalle, incluso, la programación de Canal 9 Televida, que arrancaba a las 11.30 y que incluía a Los Campanelli o La Tuerca, entre sus contenidos.

La programación de Canal 9 Televida arrancaba a las 11.30 e incluía a Los Campanelli o La Tuerca, entre sus contenidos.

“Realmente el trabajo es arduo, minucioso, pero necesario. Nunca los libros morirán, su olor, sus hojas, su esencia seguirán estando, pero también es importante su preservación, por eso hoy celebramos esta iniciativa, este avance de la San Martín”, cerró Carina.