Esta vez no hay cientos de ambiciosos que se suban a las carretas para revolver la tierra y los ríos, pero sí que hay “hordas” de inversores que están mirando con cuidado la cotización del metal precioso, que tuvo una escalada de más del 85% en los últimos tres años.

El oro es refugio frente a momentos de incertidumbre y hoy en tiempos de liderazgos cambiantes y una economía igual de volátil, el precio del oro y las criptomonedas precio se ven sujetos a los cambios de las mareas.

A continuación se hará un recuento de esta tendencia y se verá cuál es el activo que compite palmo a palmo con el metal precioso.

Compraron los bancos centrales, compraron los individuos

En lo que va del 2025, la cotización del oro ha sido superior al 35%, por encima de cualquier criptomoneda seria y superando también a las principales bolsas. 

La onza se ubica al momento de redacción de este artículo por arriba de los 3.500 dólares, debido a que los lingotes son disputados por fondos soberanos, bancos centrales y pequeños ahorristas que buscan protegerse de la inflación con un activo seguro.

Según el Consejo Mundial del Oro, los bancos centrales han incrementado sus compras netas por encima de las 1.000 toneladas anuales, impulsados por países como China, Turquía y Polonia. 

Lo que buscan es diversificar reservas ante un dólar debilitado y las tensiones geopolíticas. En el ámbito minorista, la demanda de lingotes de menor tamaño y monedas experimentó un salto en Europa y América Latina. Estos ahorristas compran a través de joyerías o firmas especializadas, que han reportado ventas récord en los últimos meses. 

Tras cartón, lo que se halla principalmente es la desconfianza en activos financieros habituales. Por ejemplo, el dólar, que ha perdido terreno por la incertidumbre en la Reserva Federal y las presiones políticas sobre su presidente, Jerome Powell (cuyo mandato expira en 2026). 

El “oro digital” también se fue a las nubes

Como consecuencia de la desconfianza, el oro, históricamente inverso al billete verde, ha ganado tracción en los mercados. Pero la tendencia no se limita solamente al metal físico, sino a su versión digital, el bitcoin. 

De acuerdo con datos de Binance Research, los fondos cotizados (ETFs) de bitcoin alcanzaron cifras que superaron incluso al oro. Por ejemplo, el IBIT de BlackRock superó los 70.000 millones de dólares en activos en solo 341 días, cinco veces más rápido que el emblemático fondo de oro GLD.

El interés creciente por activos como el bitcoin ha llevado a que el Gobierno de Buenos Aires firmara un acuerdo con Binance para impulsar la adopción responsable de activos digitales. 

La alianza incluye campañas de prevención, programas educativos y beneficios exclusivos para ayudar a personas y empresas a incorporar estos activos de forma segura. En palabras de Gui Nazar, Head of LATAM de la compañía, se está “construyendo el futuro de las finanzas en Argentina a través de la educación y la innovación”.

¿Dónde se encuentran las reservas de oro más grandes actualmente?

Después de cotizar en octubre los 4.034,65 dólares por onza, el oro marcó un récord histórico antes de retroceder levemente. Los principales tenedores son los bancos centrales, con los Estados Unidos a la cabeza.

Las reservas americanas son las más grandes del mundo, con 8.133 toneladas, almacenadas principalmente en Fort Knox (Texas). La mayor parte de estas propiedades son de los años 30, cuando el Gobierno confiscó el oro privado y consolidó una reserva enorme que todavía se mantiene.

El siguiente país con más reservas es Alemania, con 3.350 toneladas, parte de ellas aún guardadas en bóvedas extranjeras como las de Nueva York. El país repatrió una porción en la última década para reforzar su soberanía monetaria.

Esa misma mentalidad de “guardar en casa” es la que comparten Italia y Francia. Los primeros tienen 2.452 toneladas, administradas por la Banca d’Italia, mientras que Paris custodia 2.437 toneladas, al tiempo que el país mantiene la tradición del patrón oro.

Dentro del top 5 también entra Rusia, que acumula 2.330 toneladas, fruto de una estrategia destinada a reducir la dependencia del dólar y “vacunar” su economía contra sanciones internacionales.

¿Podría superar la barrera de los 4.000 dólares en 2026?

A mediados de año, J.P. Morgan proyectaba un avance hacia los 4.000 dólares por onza para 2026, una barrera que se rompió en octubre. Es posible que las predicciones del banco de inversión sean correctas, siempre que el metal continúe apoyado en un cambio estructural de la demanda.

Hasta el momento, el motor central siguen siendo los bancos centrales. Sin embargo, la tendencia se ha extendido a inversores institucionales y minoristas, con posiciones largas en futuros. El valor total de las tenencias calculadas por el banco de inversión es cercano a los US$5 billones. 

La presión también se ve impulsada por fuertes entradas en ETFs, especialmente en Estados Unidos y China. En conjunto, todos los factores mencionados por el informe predictivo de J.P. Morgan sostienen la expectativa de que el oro mantenga su senda alcista hacia 2026.