El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se imponía anoche en las elecciones de Brasil y disputaba palmo a palmo la posibilidad de evitar la confrontación con el socialdemócrata Geraldo Alckmin en la segunda vuelta, según los resultados provisorios publicados en internet por el Tribunal Superior Electoral (TSE).

    Lula tenía 48,97 por ciento de los votos válidos –excluidos los sufragios en blanco y los nulos– contra 41,26 por ciento de Alckmin y 6,64 por ciento de la socialista Heloisa Helena, cuando se llevaban escrutados 71,70 millones de votos, 68,41 por ciento de los 104,80 millones emitidos sobre un padrón de 125,91 millones de ciudadanos.

    De todos modos, el vocero de Lula para la prensa internacional, Giancarlo Summa, dijo que hay que esperar para descartar la victoria en primera vuelta, “porque aún falta contabilizar muchos votos del Nordeste” brasileño, donde los pronósticos daban amplias preferencias por el presidente.

    De mantenerse la tendencia, Lula y Alckmin deberán dirimir el 29 de octubre cuál de los dos será, a partir del 1 de enero, el presidente de Brasil por los siguientes cuatro años.

    Hasta hace tres días, todas las encuestas auguraban que Lula ganaría la reelección en la primera vuelta, pero el escándalo que surgió cuando dirigentes de su partido fueron detenidos dispuestos a comprar información para desacreditar a un candidato opositor y la deserción del presidente en el debate televisado el jueves modificaron la voluntad de muchos votantes.

    De todos modos, varios analistas coincidían con Summa en que la tendencia no era definitiva, ya que los primeros votos escrutados correspondieron a grandes conglomerados urbanos, más favorables a Alckmin, mientras que faltaba computar los sufragios de vastas zonas del Nordeste, más proclives a ratificar a Lula.

    Los analistas señalaron también que el presidente se veía perjudicado por la alta tasa de abstención (16,77 por ciento), ya que, en general, quienes no van a votar son personas de bajos recursos, mucho más identificadas con el mandatario de origen sindical que con el gobernador del poderoso Estado de San Pablo.

    Asimismo, conspiraba contra las posibilidades del presidente de evitar la segunda vuelta el caudal de votos obtenidos por la senadora Helena, integrante del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula hasta hace tres años y expulsada por haber votado en el Congreso en forma opuesta a la decisión partidaria.