BRASILIA (EFE). El “escándalo del dossier” dio ayer un nuevo coletazo en la campaña electoral brasileña con la revelación de que más gente cercana al presidente Luiz Inácio Lula da Silva mantuvo contactos con involucrados en el intento de desprestigiar a candidatos opositores. Los nuevos personajes en el caso son el jefe de Gabinete de Lula, Gilberto Carvalho, y el ex ministro jefe de la Casa Civil, José Dirceu, quienes, según un rastreo de llamadas telefónicas hecho por la Policía Federal, conversaron con Jorge Lorenzetti, apuntado en la investigación como el cerebro del montaje contra la oposición.

    Lorenzetti, amigo de Lula y encargado de asar la carne en las parrilladas organizadas por el presidente, participaba, además, en su campaña para la reelección como coordinador de la “central de riesgo”, un departamento que se ocupaba de recabar y difundir informaciones comprometedoras de candidatos rivales. Tanto Carvalho como Dirceu admitieron conversaciones por teléfono con Lorenzetti, pero negaron cualquier participación en el intento de compra del documento supuestamente forjado por un empresario acusado de corrupción.

EL DOSSIER. El informe que fue confiscado el 15 de setiembre por la Policía Federal acusaba a Geraldo Alckmin, candidato presidencial del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y al gobernador electo de San Pablo, José Serra, del mismo partido, de participar en un fraude al Ministerio de Salud. Alckmin, quien dentro de una semana disputará con Lula la presidencia en segunda vuelta, calificó ayer de grave el hecho de que el jefe de Gabinete haya conversado varias veces por teléfono con Lorenzetti durante el mismo día en que la Policía Federal detuvo en San Pablo a tres miembros del PT con una maleta llena de dinero para pagar el informe falso.

    “Están surgiendo hechos nuevos y espero que sean aclarados rápidamente”, dijo hoy Alckmin, en un acto de campaña en Joinville, en el sureño Estado de Santa Catarina. Alckmin exigió, una vez más, explicaciones sobre el origen de los 1,7 millones de reales (unos 800.000 dólares) que serían usados para adquirir el polémico documento y agregó que la campaña del PT “se burla del pueblo brasileño”, al afirmar que no sabe de dónde salió la gruesa suma.

    “Están escondiendo la verdad al pueblo con mentiras, omisiones y connivencias con casos graves. Es claro que ellos conocen el origen del dinero. Todo indica que es dinero de la corrupción”, agregó el candidato opositor. Lula, quien ayer participó en un mitin en Curitiba, capital del Estado de Paraná, afirmó por su parte: “Ellos (los integrantes de la oposición) saben que no robo ni robé”. Carvalho ha dicho que cuando supo de la detención de los miembros del PT llamó por teléfono a Lorenzetti, quien hasta entonces no aparecía involucrado en el caso, para preguntarle por lo ocurrido. Días después, las pistas llevaron hasta Lorenzetti, quien abandonó entonces sus funciones en la campaña de Lula y luego salió del PT.