En un primer caso, un hombre completamente alcoholizado murió ayer en San Rafael tras tropezar y golpearse fuertemente la cabeza con el cordón de la vereda, cuando intentaba ingresar a un negocio para comprar cerveza. Cuando, oportunamente, muchas campañas publicitarias recalcan una y mil veces sobre la peligrosidad que significa manejar en estado de ebriedad, parece que, a pesar de los esfuerzos realizados en educación vial, hay gente que se empecina en hacer todo lo contrario.

    Dos personas salieron a disfrutar una noche de amigos, pero el exceso de bebidas alcohólicas desvirtuó totalmente el grato momento. Cuando se quedaron sin cerveza,Antonio Baeza y Ramón Rosales (66) decidieron buscar más en un drugstore. Cerca de las 2, tanto Baeza como Rosales llegaron en un automóvil Renault 4 a una estación de servicio a pocas cuadras de donde mantenían la amistosa reunión. Allí funciona un minimarket hasta altas horas de la noche.

    En ese momento,Rosales –oriundo del distrito de Cuadro Nacional– trató de saltar una acequia y tropezó. Al perder el equilibrio, cayó sobre el asfalto, a la altura de Mitre al 2000 y su cabeza dio de lleno en el cordón de la vereda, perdiendo la vida de forma instantánea. En tanto, su compañero de copas, Baeza, al ver la dramática situación, pidió desesperadamente ayuda a los empleados de la estación de servicio, quienes dieron aviso inmediatamente a la ambulancia y a la policía.

    OTRO CASO. El otro hecho similar al de San Rafael ocurrió en la esquina de Derqui y San Martín, en el departamento de Godoy Cruz. Un hombre fue hallado sin vida tendido en el piso, cerca de un Fiat 147. Ese vehículo, que aún estaba con las puertas abiertas, fue el que, aparentemente, venía conduciendo, según comentaron fuentes policiales.

    Uno de los vecinos de la zona, al descubrir el extraño escenario a altas horas de la madrugada del domingo, dio aviso a la policía. Los uniformados, cuando se hicieron presentes en el lugar, constataron que, efectivamente, se trataba de un cadáver.

    De acuerdo a las primeras pericias arrojadas por el personal especializado de científica, el individuo, de apellido Zuloaga, habría caído a una acequia cercana debido al alto grado de embriaguez que tenía. Un fuerte golpe en la cabeza hizo que la víctima muriera instantáneamente sobre la calle Derqui, según determinaron los policías que investigaron las causas.