El fin de semana extralargo dejó como dato sobresaliente la gran cantidad de mendocinos que viajaron a Chile, atraídos fundamentalmente por los precios ostensiblemente más bajos de varios artículos y productos (bazar, electrónica, indumentaria y tecnología), en comparación con el mercado argentino.

Así las cosas, más de 40.000 personas cruzaron la cordillera desde Mendoza, soportando esperas en la aduana chilena que, en algunos casos, llegaron a las doce horas. Entre las razones de esa demora se destacan la decisión de las autoridades chilenas de no habilitar todas la cabinas de atención en el complejo Libertadores y la actitud desganada de los aduaneros trasandinos al momento de efectuar los exhaustivos controles a los vehículos con patente argentina.

El regreso fue muy diferente: en el complejo Roque Carranza, los trámites para reingresar al territorio argentino fueron mucho más ágiles y los controles escasos. Así, las demoras fueron menores a una hora.

En ese contexto, un mensaje publicado en la red social X por la reconocida encuestadora mendocina Martha Reale encendió el debate en las redes sociales.

“Si vas a Chile y haces entre 8 y 12 horas de espera en la aduana chilena y al regresar a Argentina solo demoras media hora, está claro que el problema es la mala voluntad de los chilenos. Entonces, ¿por qué dejar nuestro dinero a gente que nos desprecia?”, se preguntó Reale.

La mayoría de las réplicas apuntaron a una cuestión económica, a lo que la encuestadora contestó: “Tomo el argumento de los precios. Es válido. Mi reflexión apunta a que en otros países limítrofes (Uruguay, por ejemplo), no tienen el comportamiento desdeñoso de los funcionarios chilenos. Todo lo contrario”.

Otras respuestas fueron:

  • “Porque acá nos desprecian más, ya que no podemos comprar ni la mitad que en Chile”.
  • “Nos desprecian las autoridades, los comerciantes no. Por el mismo dinero obtenemos mucho menos acá que allá, incluido los 700 kilómetros de viaje ida y vuelta. Al que le cuesta ganar su dinero, lo tiene que hacer rendir, más allá del aprecio que le demuestren. ¿Nos aprecian acá?”
  • “El Estado argentino, a través de altos impuestos y muchas regulaciones que favorecen la concentración de mercado en pocos oferentes, hace que valga la pena hacer sacrificios para obtener ahorros significativos en el bolsillo. Hablar de gente que nos desprecia ya es nacionalismo trucho”.
  • “Porque comprar todo a mitad de precio vale la pena”.
  • “Para ingresar a la Argentina no hay que llenar formularios y, además, prácticamente no controlan los autos”.
  • “Porque Argentina me desprecia más hace 40 años”.