Marzo será  una época transcendental para el PRO de Mendoza ya que tienen que presentar las listas de cara a sus elecciones partidarias a poco menos de un año de la intervención. En medio del armado de la junta electoral, de presentaciones de fichas de afiliados como de tachas en los padrones, hay una rosca de negociaciones donde cada sector del partido amarillo mantiene su propio juegos. Las elecciones serán el 6 de junio.

La fecha límite para la presentación de listas está pactada para el 19 de marzo, aunque existe la posibilidad de que puedan llegar a extenderla una semana más.

El PRO se encuentra intervenido desde el año pasado tras la salida de Omar De Marchi de Cambia Mendoza para lanzar su candidatura a gobernador con su frente La Unión Mendocina. En medio de una feroz interna, algunos actores apostaron al diálogo y comenzaron a limar asperezas con sus pares “amarillos”. Pero esos intentos de buscar una “armonía” pueden quedarse en la nada debido a las aspiraciones de cada dirigente frente a la elección  partidaria de junio.

Los candidatos

La primera en manifestar su intención de presidir el PRO mendocino fue la vicegobernadora Hebe Casado. La médica inmunóloga hizo pesar su cargo institucional y apenas comenzado el 2024 declaró que “voy a ser candidata a presidente del PRO”.  

Casado cuenta a su favor con los apoyos de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, y del expresidente, Mauricio Macri, con quien se reunió personalmente en su casa de Villa La Angostura. A su vez, durante el último tiempo ha sumado a su grupo dirigentes de diferentes partidos que avalan su candidatura.

Pero la presidente del Senado tendrá competencia. Se trata de Sol Salinas. La diputada provincial forma parte del PRO que está dentro de Cambia Mendoza, pero no es del mismo grupo de Casado. La exconcejal de Ciudad aspira a ser “la renovación del partido” y considera que es el momento de “renovar caras”.

Por el lado del PRO “demarchista” se mantienen cautos, pero moviendo sus fichas sin generar grandes revuelos. En un primer momento, estuvo la intención de que el propio De Marchi compita en la interna a Casado. Pero el actual Secretario de Relaciones Parlamentarias y con la Sociedad Civil de la Nación le confesó a El Sol que “no está en sus planes” y que tiene “otras prioridades”.

Frente a la postura del excandidato a gobernador, desde esta ala del PRO comenzaron analizar diferentes posibilidades, una de ellas es que el diputado Álvaro Martínez vuelva a pelear por la presidencia. El legislador nacional era el mandatario del partido hasta la intervención.

Pero al igual que su mentor político, Martínez consideró que “no es momento de perder el tiempo en cuestiones partidarias” y que “hay que concentrarse en las demandas que exige la sociedad”.

La “idea” de la lista de unidad

Ante la falta de nombres “fuertes” para competirle a Casado, desde el “demarchismo” empezaron a barajar la posibilidad de encarar una lista de unidad, algo que desde el PRO nacional intentan lograr en cada provincia. Pero esa idea todavía “no está cerrada y generan dudas” en dicho sector.

Lo vemos difícil y utópico”, deslizaron desde el entorno de la vicegobernadora. Mientras que, desde el lado de Salinas, no piensan bajarse de la pelea pero consideran “que puede ser algo positivo para el partido dependiendo el candidato”.

Justamente ese es el punto clave para que la lista unidad llegue a buen puerto. Durante la campaña electoral y posteriormente hubo fuertes cruces de declaraciones entre el grupo de De Marchi los sectores que quedaron en Cambia Mendoza. Pero en el último Desayuno de Coviar hubo una “incómoda” foto le llamó la atención a más de uno.

La imagen muestra a De Marchi y Casado juntos, hablando con Roberto García Moritán, el funcionario porteño que llegó a la Vendimia.

Nos debemos una charla, todo puede pasar”, declaró una fuerte figura del PRO ante la consulta de la lista de unidad.

En tanto, un grupo del “demarchismo” afirmó que mantuvieron reuniones con el entorno de Salinas en búsqueda de un armado de lista que le haga frente a la vicegobernadora. Pero todo ha quedado en la nada.

Hasta el 19 de marzo, habrá mucho movimiento en el PRO mendocino ya que serán dos semanas de llamadas, reuniones o cafés en donde cada sector deberá decidir si ceder sus pretensiones y apostar a una lista unidad o donde cada aspirante a la presidencia jugará su ficha para “quedarse con el partido” por los próximos dos años.