La opinión mayoritaria entre los líderes que tiene la coalición opositora nacional Juntos por el Cambio es que Omar de Marchi, el mendocino que ha logrado concitar la atención entre los temas más trascendentes y explosivos del mundillo en el que se mueve la política en el país, es que debe enfrentar a Alfredo Cornejo en Mendoza en una PASO, cumpliendo con el reglamento interno que se dio el frente para dirimir las diferencias en las provincias y el resto de los distritos. Por supuesto que nadie, según aclaran las fuentes, obligará al diputado nacional a acatar una decisión de estricta índole política en la que no cree; pero se entiende, o al menos eso es en lo que Juntos por el Cambio se coincide pese a las diferencias, es que, si De Marchi finalmente avanza, rompe y se ofrece como aspirante a la gobernación contra Cornejo y la gestión de Rodolfo Suarez, pondrá en crisis a la entente opositora nacional y en serio riesgo el objetivo “retorno” al poder, una posibilidad impensada tres años atrás pero que sin embargo ha florecido tras los malos resultados conseguidos por el gobierno de Alberto Fernández sumado al hastío y rechazo que obtiene días tras día la gestión. Esa jugada audaz y extremadamente osada de De Marchi es muy probable que le signifique el pago de un costo que debe haber evaluado el actual diputado nacional: el ninguneo, la negación y el rechazo de la cúpula de Juntos por el Cambio y también la de su jefe político en el PRO, Horacio Rodríguez Larreta.

Con su incursión fugaz por Mendoza, el jefe del gobierno porteño y rival de Patricia Bullrich en la interna del PRO en la búsqueda de la candidatura a la presidencia, ha buscado recortar parte de los daños que le está provocando la actitud rebelde de De Marchi. Lo hizo en los bordes de la Fiesta Nacional de la Vendimia, en los primeros encuentros alejados de la mayor cantidad de luces y de atención de todos los que se esperan para este fin de semana. Y lo más importante que se llevó de su incursión mendocina quizás haya sido la aceptación de la propuesta que hizo de que le den un poco más de tiempo para resolver el entuerto.

Les pido un poco de paciencia, unos días o unas horas. Esto se va a solucionar”, planteó Rodríguez Larreta en el encuentro más importante que compartió junto a los jefes de Cambia Mendoza este jueves, el de la residencia de la gobernación de la calle Francia, en La Puntilla. Del almuerzo fueron parte Suarez, Cornejo, la senadora Mariana Juri y Eduardo Machiavelli funcionario en CABA y uno de los hombres de mayor confianza de Rodríguez Larreta. El porteño reiteró, de acuerdo con la reconstrucción de la charla que se extendió por dos horas largas, que lo mejor es que De Marchi si quiere competir que lo haga dentro de los límites de las PASO, asegurándoles a los radicales que no sólo esa es su posición política, sino que además ya le ha dicho a De Marchi que no lo apoyará por afuera, ni que tampoco se le facilitarán los recursos para una campaña en Mendoza que podría tener consecuencias no deseadas en el escenario nacional.

De Marchi, que no fue parte del encuentro de la calle Francia, volvería a reunirse a Rodríguez Larreta en horas de la tarde, antes y después de la conferencia de prensa que Suarez, Cornejo y el precandidato presidencial ofrecieron cerca de las 19 en un hotel céntrico de la ciudad. Todo indica que en los varios cafés que compartieron ambos durante la tarde, Rodríguez Larreta habría insistido con el pedido para que todo termine resolviéndose en la PASO. Sin embargo, De Marchi se ha mantenido firme en su postura, aceptando el planteo de su jefe político, pero a lo que le ha vuelto a contraponer una mirada totalmente diferente. Pero no sólo habrían hablado de llevar adelante la competencia por adentro o por afuera, sino de las críticas cada vez más hirientes que De Marchi está desplegando sobre la gestión, un planteo personal que le ha venido haciendo Suarez a su colega de CABA.

Con su paso por Mendoza, Rodríguez Larreta no sólo ratificó a los líderes de Cambia Mendoza que a su entender De Marchi tiene que jugar por adentro y que buscará convencerlo de las consecuencias negativas que podría acarrearle a Juntos por el Cambio la salida del lujanino de la coalición. También le sirvió para recomponer los lazos con dos dirigentes radicales, el gobernador y el senador nacional jefe del interbloque opositor, con los que tendrá que avanzar en su camino hacia la presidencia, a sabiendas que este viernes llega a Mendoza Patricia Bullrich, quien se llevará todas las miradas y la preferida de Cornejo entre todos los dirigentes del PRO, y de la que habría sido gustoso su compañero de fórmula en su camino hacia la Rosada enfrentando a Rodríguez Larreta y probablemente a algún otro dirigente que el radicalismo ofrecerá como su propio crédito.

Sobre el fin del día, Rodríguez Larreta reiteraría en la conferencia de prensa que compartió con Suarez y Cornejo, antes de la partida, lo que entiende es el modelo a seguir para gobernar el país y esas coincidencias que tienen CABA y Mendoza como método de administración más la mirada política-estratégica para estimular las inversiones, el desarrollo, el crecimiento y la producción de riqueza. Claro, todo dentro de un contexto general con una gestión nacional que lograra poner en caja la macroeconomía, previo a la estabilización de sus variables más trascendentes e importante.