Nadie duda que una de las comidas típicas de la Argentina es el asado. Ante cualquier evento, celebración, festejo o simplemente porque sí, se prende el fuego y se tira un pedazo de carne a la parrilla. Ni hablar si ese motivo de reunión implica la Final de la Copa del Mundo, en la que Argentina enfrenta a Francia.
De acuerdo con lo reportado por algunos carniceros de Mendoza, “desde que arrancó el Mundial de fútbol, el consumo de asado trepó un 80%, lo que permitió reactivar el sector que venía en baja”.
Los cortes más solicitados fueron costillas y vacío y un dato que no es menor es que si bien fue el plato preferido de muchos mendocinos, recién cuando Argentina enfrentó a Países Bajos, uno de los rivales más complicados del grupo, fue cuando la venta repuntó y desde entonces no se frenó.
Comer un asado, una costumbre nacional
La mayoría de los partidos que disputó la Argentina se dieron los martes, viernes y sábado, por lo que dos días previos a la fecha, el teléfono de varias carnicerías de barrio sonaba sin cesar.
“La verdad es que cierro el año muy contento porque las ventas, durante este último mes, repuntaron bastante. Uno siempre espera que lleguen eventos importantes como, por ejemplo, Navidad o Año Nuevo para vender mucha carne, sin embargo, con el Mundial hubo un anticipo a esos festejos”, expresó Carlos, que desde hace años tiene su local en Dorrego.
El comerciante aseguró que “al argentino le gusta hacer y comer asado, no importa si hay una celebración especial o es un día cualquiera, pero si enfrente tiene a la Selección Nacional, la motivación es aún mayor”.
“En mi caso personal, vendí mucha carne durante toda la Copa del Mundo, sin embargo, observé que crecieron los pedidos, sobre todo de asado, cuando nos enfrentamos a Países Bajos, desde entonces, todo fue en alza”.
A la hora de hablar de precios, el carnicero contó que el kilo de asado cuesta $1.300 (costillas o vacío), en tanto, el kilo de chorizos está a $1.100 y de morcillas a $950.
“La gente lleva no solo carne o costillas, sino que también le suma otras cosas. No sólo me encargaron para juntada de muchachos, algunas familias decidían ver el partido comiendo un rico asado”.
Fanáticos con olor a asado
Mucho se ha hablado de cábalas, rituales y demás a la hora de alentar a la Selección. Cada uno apeló a su método favorito y así la albiceleste fue avanzando hasta llegar a la Gran Final.
A lo largo de todo este mes, para Juan Ignacio Ortigala y sus amigos la cábala fue comer asado en cada uno de los encuentros en los que los muchachos dirigidos por Lionel Scaloni jugaban.
Era un grupo de 18 personas, muchos de ellos jugadores de hockey del Club Alemán, y la clave estaba en la parrilla. En cada uno de los partidos, Juan Ignacio se encargó de comprar la carne y de asarla, el resto tenía otras obligaciones.
“El primer partido, contra Arabia Saudita, hicimos matambre a la pizza. Estábamos muy ilusionados, nos salió riquísimo, pero el resultado del partido nos partió”, contó Juani y prosiguió: “Tras esa situación decidimos cambiar el corte de asado y optamos por costillar banderita, más fácil de cocinar y de comer”.
Desde que Argentina enfrentó a México hasta este domingo, la Gran Final, el grupo de amigos siempre comió el mismo corte y la victoria los acompañó.
Respecto a los preparativos para este domingo, Juani contó que ya tienen el operativo armado: “Nos mata el horario, pero ya tenemos decidido que previo al partido comeremos una picada y el asado lo dejamos para cuando termine, sino va a ser imposible”.
Un dato que no es menor, pero que es preocupante, es que este domingo el grupo se amplía por lo que le sumarán un vacío, algo que antes no estaba en el menú.
“Estamos con todas las expectativas y muy confiados. Veremos qué pasa”, cerró Juani confiado.