El caso Bonarrico ha hecho subir la temperatura política entre partidos. A través de una carta pública, el presidente del Partido Demócrata Roberto Ajo le reprochó a su par Tadeo García Zalazar, por los intentos desde la UCR de intervenir en las internas de otros partidos denunciando que se desvían fondos públicos para captar voluntades.

Los recientes sucesos en torno a lo que se conoce como `escándalo Bonarrico´, viene a poner en superficie un modo de proceder del partido que Ud. preside en la provincia“, aseguró Ajo en su escrito, dirigiéndose al intendente de Godoy Cruz, haciendo alusión al cuestionado subsidio que el Gobierno le otorgó al pastor Héctor Bonarrico, aunque luego dieron de baja. Según lo que detalló el pastor y ex senador provincial, en la negociación de ese acuerdo electoral estuvo el jefe comunal del radicalismo. 

Por esto, Ajo recordó que “son conocidos también los intentos de encumbrados dirigentes de su partido, y varios de ellos además funcionarios, de intervenir en la vida interna de nuestro partido“.

Incluso, acusó al radicalismo de afiliar al partido conservador de afiliar personas para influir en las elecciones del PD. Y puso otro ejemplo: “Asimismo, han llegado a nuestros oídos el ofrecimiento de contratos de locación en municipios radicales a dirigentes demócratas“.

Ajo apeló a su vez al enfrentamiento que han tenido el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta por estas mismas prácticas. 

“Este tipo de conductas, además de ilícitas por cuanto se desvían fondos públicos, debilitan aún más la menguada credibilidad en los partidos políticos y su dirigencia, poniendo en tela de juicio el sistema de representación que nos rige.

El dirigente demócrata sostuvo que “la amenaza más seria” del sistema democrático proviene de “las inconductas de algunos que se manejan con los principios de los `barra bravas´: ganar y retener poder a cualquier precio sin reparar en el daño que produzcan sus acciones“.

Esta es la carta completa:

Los recientes sucesos en torno a lo que se conoce como “escándalo Bonarrico”, viene a poner en superficie un modo de proceder del Partido que Ud. preside en la provincia.

Muy pocos dudan de que el ex –senador se expresó con sinceridad cuando afirmó que ese abultado subsidio tenía como objeto compensar la permanencia de su partido dentro del frente Cambia Mendoza.

Son conocidos también los intentos de encumbrados dirigentes de su partido, y varios de ellos además funcionarios, de intervenir en la vida interna de nuestro partido, como ser pretender afiliar a nuestra fuerza política a personas que integran otros espacios políticos afines al gobierno, al solo efecto de gravitar en las internas sobre autoridades partidarias.

Asimismo, han llegado a nuestros oídos el ofrecimiento de contratos de locación en municipios radicales a dirigentes demócratas a los efectos de vencer a quienes defendemos la autonomía e independencia del Partido Demócrata.

Es exactamente el reproche que el presidente del Comité Nacional de la UCR, Gerardo Morales, le hizo públicamente al Jefe de Gobierno porteño, cuando lo acusó de meterse en el patio trasero de la UCR, y que a todo dirigente radical que pasaba por la calle le ofrecía un cargo.

Este tipo de conductas, además de ilícitas por cuanto se desvían fondos públicos, debilitan aún más la menguada credibilidad en los partidos políticos y su dirigencia, poniendo en tela de juicio el sistema de representación que nos rige.

La amenaza más seria del sistema democrático hoy en día proviene desde su mismo seno, debido a las inconductas de algunos que se manejan con los principios de los “barra bravas”: ganar y retener poder a cualquier precio sin reparar en el daño que produzcan sus acciones.

Ud. tiene la responsabilidad de dirigir un partido con historia, que en momentos difíciles supo aferrarse al lema “que se rompa pero no se doble”, por lo que lo invitamos a reflexionar sobre lo antes expresado, rectificar procederes e impartir directivas a funcionarios provinciales, municipales y dirigentes en general a obrar con ética y honestidad, responsabilidad republicana y a respetar el juego democrático.