El mundo futbolero vivió una verdadera fiesta en Mendoza. Fue un show deportivo de calidad internacional y, sobre todo, estuvo a la altura de las circunstancias en materia de seguridad. Es que la violencia en las canchas es una deuda pendiente de las sucesivas administraciones. Por eso, lo que ocurrió en la provincia es un buen primer paso para demostrar que, con organización, recursos, compromiso, esfuerzo y entrega se pueden lograr buenos resultados. El Gobierno local respira tranquilo tras la visita de los equipos más convocantes del país, y lo hace con la seguridad de haber puesto sobre la mesa todo un trabajo previo para evitar graves incidentes y desmanes. Mendoza fue testigo de un megaoperativo de vigilancia que también sirvió para mostrar que los ciudadanos pueden colaborar en ser parte de espectáculos civilizados, donde predomine el entendimiento y la razón.