“Ser el director ejecutivo de Amazon es una gran responsabilidad y consume. Cuando tienes una responsabilidad como esa, es difícil prestar atención a otra cosa. Como presidente ejecutivo, seguiré participando en importantes iniciativas de Amazon, pero también tendré el tiempo y la energía que necesito para concentrarme en el Day 1 Fund, Bezos Earth Fund, Blue Origin, The Washington Post y mis otras pasiones”. Así anunció Jeff Bezos su retirada del puesto de CEO de Amazon.
Con una fortuna valorada en 155.000 millones de euros, la segunda mayor del mundo tras Elon Musk, Bezos es un emprendedor visionario que ha conseguido hacer realidad sus sueños de juventud. Es el creador de Amazon, el fundador de Blue Origin y, desde 2013, el propietario de The Washington Post.
Bezos nació en enero de 1964, en Albuquerque, Nuevo Mexico. Su madre, Jacklyn Gise, tenía 17 años y una relación con Ted Jorgensen que apenas duró unos meses tras el nacimiento de su hijo. Jeff nunca conoció a su padre biológico.
El cubano Miguel Bezos, que se ganaba la vida como ingeniero de la ExxonMobil, se casó con su madre y se convirtió en su padre natural. Lo adoptó y le dió su apellido, así que Jeffrey Preston creció como Bezos junto a sus hermanos Mark y Christina.
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Pasaba los veranos en el rancho que sus abuelos maternos tenían en Cotulla, Texas. Ahí aprendió a cuidar del ganado y a combatir el aburrimiento con juegos de cálculo y probabilidades.
Tenía un buen promedio académico y eso le permitió ingresar a la Universidad de Princeton, una de las más prestigiosas en Estados Unidos. Ahí se inclinó por estudiar física; sin embargo, le costaba mantener el ritmo de sus compañeros y terminó optando por una diplomatura en ingeniería electrónica y computación.
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Apenas finalizó sus estudios comenzó a trabajar en una empresa de telecomunicaciones. Su única experiencia previa en el mercado laboral había sido en la cocina de McDonald’s. Luego se desempeñó como product manager en Banker’s Trust, propiedad de Deutsche Bank desde 1998, y llegó a ser vicepresidente con apenas 26 años.
Sin embargo, su espíritu inquieto lo llevó a buscar nuevos desafíos. Por eso dejó su puesto y se unió a D.E. Shaw, fondo de cobertura donde MacKenzie Tuttle, quien se convertiría en su esposa, trabajaba como investigadora asociada. Estuvieron juntos durante 25 años, hasta 2019.
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Era 1994 y había escuchado que algo llamado Internet venía crecíendo a pasos agigantados: 2.300% por año, para ser más exactos. Fue el río Amazonas el que lo inspiró a nombrar a su compañía y hasta aparece en el logo inicial de Amazon. En esa época, los buscadores indexaban alfabéticamente, por lo que buscó una palabra que lo ubicara automáticamente en las primeras posiciones. Su garaje fue su primer headquarter, mientras que la librería Barnes & Noble se convirtió en su sala de reuniones.
En 1995, Amazon contaba con un promedio diario de 2.200 visitas y 11 empleados. El resto de la historia de la empresa ya es conocida por todos.
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