La ministra de Economía, Felisa Miceli, aseguró ayer, durante la conmemoración del Día de la Industria, que la actual política de superávit fiscal marca el compromiso de no volver a caer en experiencias pasadas de emisión inflacionaria o endeudamiento. “La política de superávit fiscal es el compromiso de no recaer en políticas inflacionarias, al tiempo que permite seguir cumpliendo con educación, infraestructura, ciencia y tecnología”, expresó Miceli. La ministra defendió la política económica del Gobierno, que incluye un tipo de cambio alto, y relativizó los beneficios de conseguir bajos índices de inflación pero con cierre de empresas y pérdida de puestos de trabajo.

    “La meta de un programa económico es la de mejorar la calidad de vida de la población. Si no, qué sentido tiene que tengamos baja inflación mientras se cierran fuentes de trabajo y la desocupación crece en forma desmedida”, enfatizó Miceli. Del acto también participaron el vicepresidente, Daniel Scioli, y el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido. Miceli remarcó que el programa económico en curso tiene como pilares el superávit fiscal y comercial y un tipo de cambio competitivo.

    “Este nuevo modelo económico incluye estas variables, fundamentalmente porque queremos que de esto surja cada vez más inversión, más exportaciones y cada vez más trabajo. Siempre decimos que la meta de un programa económico no es generar una variable de crecimiento”, recalcó la ministra. En una elíptica crítica a la época de la convertibilidad, subrayó: “Qué sentido tiene que tengamos baja inflación mientras se cierran fuentes de trabajo y la desocupación crece en forma desmedida”.