El próximo viernes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicará el Índice de Salarios correspondiente a diciembre 2022, el dato que falta para confirmar el porcentaje de aumento para jubilados, que regirá con el salario de marzo.
Tal como indica la Ley de Movilidad vigente, los incrementos trimestrales se calculan con base en un coeficiente elaborado en partes iguales por la recaudación previsional y la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (Ripte).
La suba impactará en millones de jubilados, pensionados y titulares de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y de la Asignación Universal por Embarazo (AUE), entre otros. Según los cálculos de los economistas, la cifra correspondiente a marzo-mayo se podría ubicar en torno al 18%.
De confirmarse ese dato, la jubilación mínima pasaría a $59.146. Sin embargo, para hacerle frente a la inflación de estos meses, el Gobierno nacional analiza el pago de otro bono.
Según adelantó el diario Clarín, sería necesario un bono como mínimo de $12.000 mensuales para llevar el ingreso total a $71.146 y compensar la pérdida del poder adquisitivo.
Por otro lado, la Asignación Universal por Hijo (AUH), Asignación Universal por Embarazo (AUE) y SUAF general llegaría a $11.440 y la AUH por discapacidad sería de $37.256.
Jubilaciones vs inflación
La Ley de Movilidad Jubilatoria garantiza cuatro aumentos anuales (marzo, junio, septiembre y diciembre). El último mes del año pasado se aplicó un incremento de 15,62%, el más alto desde que rige la normativa.
De todas maneras, durante el 2022 las subas fueron de 72,5% contra una inflación anual de 94,8%, sin incluir los bonos de refuerzo. Estos “parches” se han vuelto permanentes y en valores ascendentes, porque la fórmula de movilidad carece de una cláusula de garantía o compensación automática frente al aumento de precios.
Los bonos de refuerzo se pagaron en abril, mayo, agosto, septiembre, octubre, noviembre y diciembre del año pasado, sumados a los de enero y febrero de 2023 (de hasta $10.000). Solo lo reciben los jubilados y pensionados de haberes más bajos, achatando la pirámide de ingresos del sistema.