Unos 4.000 uruguayos de todos los partidos políticos acompañaron ayer al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, en su iniciativa de conmemorar por primera vez el Nunca Más contra el terrorismo de Estado, la violencia guerrillera y las violaciones a los derechos humanos, decisión que generó polémica. “El Nunca más es un proceso, así se debe entender. Llegar a la reconciliación total de los uruguayos es difícil pero es lo que estamos buscando”, indicó a Efe el viceministro de Defensa Nacional, José Bayardi. La iniciativa dividió a los partidos políticos y, por diferentes motivos, las principales figuras, incluso del gobernante Frente Amplio, grupos sindicales y organizaciones sociales decidieron respaldar u oponerse a la propuesta del jefe de Estado. En el acto no hubo discursos.
    Vázquez llegó hasta la plaza Independencia, ubicada en el centro de Montevideo, y colocó una ofrenda de flores con los colores de la bandera uruguaya en el monumento al héroe libertador uruguayo, general José Gervasio Artigas. El gobernante eligió ayer como el Día del Nunca Más en conmemoración del 243º aniversario del natalicio de Artigas. Vázquez fue acompañado por su esposa, María Auxiliadora Delgado, y la viuda del general Líber Seregni, líder histórico del Frente Amplio, Lily de Seregni, quien fue muy aplaudida por los presentes. El jefe de Estado dedicó un saludo especial a Pedro Bordaberry, del opositor Partido Colorado e hijo de Juan María Bordaberry, el ex presidente constitucional devenido en dictador tras el golpe de Estado de 1973.
    El casi octogenario Juan María Bordaberry fue recientemente procesado por la Justicia, acusado por la muerte de uruguayos durante la dictadura (1973-1985) y, tras estar en prisión, ahora cumple arresto domiciliario, debido a su precario estado de salud. En el acto también estuvo presente el líder del Partido Nacional, principal de oposición, Jorge Larrañaga. Sin embargo, los tres presidentes uruguayos tras el retorno de la democracia Julio María Sanguinetti (1985-1990 y 1995-2000), Jorge Batlle (2000-2005), ambos del Partido Colorado, y Luis Alberto Lacalle (1990-1995), del Partido Nacional, no tomaron parte en el acto por no estar de acuerdo con la iniciativa. Algunos sectores radicales del partido gobernante manifestaron su rechazo a la propuesta del presidente y convocaron a una marcha en contra, por entender que Vázquez está equivocado.