La Fuerza Aérea de Israel llevó adelante una operación que incluyó bombardeos en blancos ubicados en Irán, Siria e Irak. De confirmarse la autoría, el objetivo de los aviones israelíes fue responder al ataque con drones y misiles perpetrado el fin de semana pasada por la República Islámica de Irán, en lo que constituyó la primera vez que el régimen de los ayatolas actuaba de manera directa contra territorio del Estado judío.

Los primeros informes señalaron que se registraron explosiones al sur de Siria; en la provincia iraní de Isfahán (centro del desarrollo nuclear de ese país) y en la capital iraquí, Bagdad, donde se habría estado manteniendo una cumbre entre comandantes de la Guardia Revolucionaria Iraní.

Los vuelos comerciales sobre cielo iraní fueron desviados.

En tanto, un funcionario estadounidense confirmó en declaraciones a medios que Israel había respondido con una incursión aérea el ataque del 13 de abril.

Uno de los sitios elegidos por los cazas israelíes habría sido una base aérea de Isfahán, cercana a una de las principales centrales nucleares. Según fuentes iraníes, hay cierto descontrol por la naturaleza del ataque israelí; por no comprender desde dónde llegaban los misiles. Algunos datos indican que también su usaron drones en el ataque.

Según los informes provenientes de la región, los aviones de la fuerza aérea israelí alcanzaron radares en el sur de Siria, luego alcanzaron radares en Babilonia y Bagdad, y desde allí continuaron apuntando a objetivos cerca de las instalaciones militares nucleares iraníes.

Hay que recordar que la Fuerza Aérea de Israel cuenta entre sus sistemas de armas al avión con capacidad furtiva F35.