Una iniciativa de la Ciudad de Mendoza prohíbe que se fume en espacios públicos. Dentro de la normativa del Código de Convivencia de este departamento ya existía la regla para plazas y parques y ahora se sumaron las puertas de las escuelas y hogares para ancianos.

En los papeles, esta ordenanza es ejemplar y va hacia un camino de respeto hacia el otro, en primer término, y en la búsqueda de tener un espacio público “libre de humo”.

Sin embargo, el método de control de la misma no aparenta ser muy consistente, ya que, según consignaron desde Capital, estará en manos de la ciudadanía, quienes tendrán que tener un rol vigilante frente al incumplimiento de la norma.

Es decir, aquel que vea a un ciudadano fumando en un sitio prohibido deberá dar aviso a autoridades municipales o sus agentes. Un escenario difícil de imaginar.