Pocas veces se dan en el fútbol argentino procesos de larga duración. Mejores propuestas laborales, pobres campañas o diferencias con cúpulas dirigenciales suelen ser los detonantes para que un cuerpo técnico abandone el barco. Pero en Godoy Cruz nada parece desviar el rumbo de su entrenador, Juan Manuel Llop. Ni siquiera los aprietes y desmedidos pedidos económicos que tuvo un minúsculo grupo de barra bravas tombinos para con El Chocho y sus dirigidos. Juan Manuel la tiene clara y lo explica de manera muy sencilla.

    El supuesto ofrecimiento para que dejara Mendoza y se hiciera cargo de Belgrano de Córdoba fue simplemente un rumor periodístico. “¿Por qué me voy a ir? Primero, le das la razón a estos actos que no son para nada justificables. Segundo, pronto entraremos en un proceso de 18 meses con jugadores que ascendieron y con otros que el cuerpo técnico incorporó para tratar de consolidar al equipo en la primera división.

    Entonces, ¿le voy a dar la razón a estos actos injustificables? No, tengo que seguir. Tanto yo, como los jugadores y los directivos tenemos que tratar de encontrar la solución y, sobre todo, que esta situación no haga mella en lo deportivo, en el microclima que tenemos nosotros, que es muy bueno. Eso es lo que hay que tratar de evitar. Yo estoy muy bien acá y vamos a seguir trabajando para que este proceso termine feliz”, comenzó explicando con tranquilidad el DT.

    “Estoy tranquilo. No tengo problemas ni temor, porque hay que querer el bien del club. Si te sentás 5 minutitos y pensás, no se entiendo esto. Pasaron tantos años esperando un equipo en Primera que no se entienden este tipo de situaciones. El tiempo va a poner las cosas en su lugar. El mal no le puede ganar al bien”, fueron las palabras de un Llop sensato y optimista a la vez. El Chocho aclaró que “hay clubes que se manejan de otras formas.

    Seguramente los dirigentes, cuerpo técnico y jugadores pueden estar colaborando con algo, pero las exigencias son demasiadas. Colaborar con gente que quiera viajar y que no tiene los recursos no está mal, pero se ve que no ha habido un entendimiento en los petitorios”. Por último, el entrenador del Expreso entendió que el Ministerio de Seguridad, con “un poco de sentido común”, tendría que haber actuado de oficio, sabiendo que durante la semana se habló mucho de supuestas represalias. Llop se queda porque respeta los procesos, porque no tiene miedo de enfrentar las injusticias del fútbol y, por sobre todas las cosas, porque es un hombre que cree que en algún momento, el bien se sobrepone al mal.