El Sol ilumina los últimos días de vacaciones. Todavía es tiempo de disfrutar de lo bueno, las delicias de la lectura, la música de un poema, el calorcito de una tarde o un anochecer con la mejor compañía: el talento de los escritores mendocinos.
Te proponemos un recorrido por palabras mágicas “hechas en Mendoza” y un encuentro con gente que apuesta por el maravilloso arte de la escritura.
Poemas que te salvan
Patricia Rodón es una de las poetas más destacadas de la provincia. Es licenciada en Letras, poeta, periodista y fue docente en la UNCuyo.
Como poeta, ha obtenido numerosos premios y distinciones provinciales y nacionales, entre ellos, el Certamen literario Vendimia. Ha publicado los libros de poesía Tango Rock (Mendoza, Diógenes, 1998) y Estudio Voyeur (Mendoza, Ediciones Culturales, 2002), Pruebas de contacto (2015), Colores primarios (Peras del olmo, 2021) y Segunda Luna (Antología personal 1990-2022, Ediunc, 2023). Participa con poemas o relatos en diversas antologías publicadas en Mendoza, San Juan, San Luis, Buenos Aires, en Argentina; Santiago de Chile, México DF, California (Estados Unidos), Barcelona, Londres y Montreal.
Fue parte del proyecto Matinée, (1980-1993) creado por Teny Alós y Oscar Reina. Fundó e integró el grupo parapoético Las malas lenguas (1989-1992) junto a Teny Alós, Rubén Valle, Luis Abrego y Carlos Vallejo, con quienes realizó innumerables recitales y actos poéticos en Mendoza. Su poesía ha sido tema de estudios de posgrado y artículos académicos y periodísticos.
Como periodista, en 1985 se inició como redactora de cultura y espectáculos. Entre 1996 y 2001 fue la editora del Suplemento Cultural El Altillo de Diario Uno. Ha publicado artículos en diversos diarios del país y en El Mercurio (Chile). Ha conducido programas radiales de contenido cultural en varias emisoras de la provincia.
Acá podés disfrutar de algunos de sus poemas:
Del libro Estudio Voyeur (Ediciones Culturales, 2002)
Los misterios que merecen ser salvados El resplandor que sale de la voz de los cantantes La confusión del ADN de los muertos La canción de una niña a su muñeca Los poemas que se llevan como amuletos Las cosas que se mueven en el final del viento La asamblea que discute en el insomnio El micrófono escondido en los secretos El canal privado de los sueños Las manos de los músicos La insondable noche y las estrellas El pie salvaje de las bailarinas Los abrazos de los que vuelven El silencio y su eco Los blues que son la tristeza en su belleza Los besos que son campanas que suenan para adentro El goce y su pura alegría El aire que circula entre las palabras de amor Los ojos de las mujeres cuando se pintan los labios.
Del libro Tango Rock (Diógenes, 1998)
Mujernícola Un roquero bailará sobre vos el día de las encarnaciones y tu alma ya nunca volverá a su lugar original Cada vez irás más rápido y sentirás un moño de sangre en el estómago El amor manejará los comandos de tu mente y serás como un packman en un flipper Te pondrás sutilmente más frágil y más mala y te irás alejando de la gente Irás haciendo círculos todavía más pequeños Como nunca leerás con fruición y cultivarás el humor negro Estarás más sola y creerás que la que habla por radio sos vos Tus palabras se harán pocas sencillas y precisas Escribirás en piloto automático y parecerás en estado de gracia como una santa de vitraux Correrás re loca alrededor de un olimpo de plástico y los poemas serán tu video de la realidad Todo te saldrá bien pero incompleto Irás envejeciendo lentamente como una casa como un libro como un peine y en tus besos habrá sordinas y sucios negocios de amor Tu vida será una de esas películas que nunca pudiste ver No escaparás y no te importará salvarte Un día sentirás la presencia del ángel Irás hasta las puertas del cielo y tocarás timbre Serás la más aplaudida del burdel.
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Queda poco para que se terminen estas vacaciones austeras, pero abundantes en lecturas y poesía, bajo el calor de El Sol. Las noches son ideales para sentarse en el patio, en la plaza, con un banquito y unos mates. La luz…
Del libro Karaoke (1997)
Ruido de magia Escribir un poema es sacarse la camisa de fuerza es dejar que el alma vaya como una anguila río arriba es reconocerse hija de la página que se pondrá amarilla es mirarse en un espejo que siempre estará roto Escribir un poema es empezar cada vez de nuevo es toquetearse las partes del todo es que nada te guste y todo te guste es soñar sueños que nunca vas a recordar Escribir un poema es más difícil que ser honesta en el diván más laborioso que hacer sexo con alguien poco dotado que terminar de leer un libro que hay que leer que salir de la cama en invierno para ir a trabajar Escribir un poema es como tocar hielo caliente es creerse para siempre todos los cuentos de la infancia o hablar con un viejo amor sin que te tiemble la voz o esperar de alguien lo que nunca te va a dar Escribir un poema es tomar el cielo por asalto es describir una foto velada escuchar debajo del agua comer en la tormenta de arena tocar el ruido del tiempo respirar por la máscara en el avión que se está cayendo Escribir un poema es abrirle la boca a la lluvia es hablar con los fantasmas de lo que puede ser es sacarle la lengua a la muerte y sentir su menuda distracción es ir al paraíso y volver sonriendo con dientes de oro falso Escribir un poema es masticar todas las palabras del idioma revolcarse en metáforas cocinarse en un clamor asonante asfixiarse en el humo de las imágenes que no salvaste quebrarse en la cárcel donde no estás más que vos y tu aliento Los poemas son tan inútiles Su inutilidad nunca terminará de expresarse Sólo el empeño el canto la soledad la bronca la locura hacen dignos a los pobres poetas a los ilustres desconocidos de las antologías a los tristes parásitos del diccionario Escribir un poema es más inverosímil que creer en dios.
Del libro Colores primarios (Peras del olmo, 2021)
El agua clara Quién empezó la pelea quién dio el primer paso detrás de la caricia de la ola del labio sobre el labio Quién le puso cuerpo al poema piel a la palabra y un carnaval de besos a las malditas obsesiones Yo no te buscaba ni te sabía solo presentía tus manos dándome otra forma y otra agua modulando el silencio que anida entre los versos para llenar de a dos o más o juntos contra el mundo Pero nada nunca alcanza nada es suficiente salvo la música que se extiende sobre nosotros como una bendición lenta como una corrección o un largo paseo a orillas del mar que nos busca Un regreso un salvoconducto un viaje umbilical hacia lo que fuimos sin ser un volver narrado una marca en el otro un sello de estar para siempre como un submarino en tierra o un radar ciego Y todo era blanco como un grito en la noche Nadie entendía las huellas que dejábamos en la arena nadie podía ver cómo tu guitarra arañaba ese sitio del aire donde la madera era el remo el puerto el faro la escollera Quién calla último quién escribe el final dónde ponemos el beso redondo la última palabra qué boca la escupe la lame la besa la vocifera Quién apaga la luz quién se ahoga primero. No creas lo que dicen de mí Te escribo desde el pasado desde las cosas que tal vez ocurrieron en nuestra ciudad sin nombre Te escribo desde el ayer desde la ráfaga de tus ojos sobre mí desde mi boca que se hamaca en tu boca Te escribo desde la felicidad que compartimos juntos y separados buscando en el espejo roto de la poesía alguna de las formas del amor Te escribo desde la que no fui desde la que podría haber sido y se distrajo en el camino impuntual como su propio personaje Te escribo desde la que vos esperabas desde la que viajó a través de su noche huérfana hasta los peligros del día y tocó la palabra piedra y patria y dolor y beso y tiene esta sonrisa Te escribo desde donde no nos vimos desde donde no nos gozamos como locos desde la fiesta incompleta pero magnífica a la que nos invitaron sin querer y tarde Te escribo desde cierta clase de amor desde su extraña geometría revisada por la imprecisa justicia del tiempo y te abrazo con todo lo que sí soy Te escribo desde el ayer con todas mis fotos en los ojos y te vuelvo a abrazar como entonces cuando no sabíamos que los días iban a alcanzarnos otra vez porque nunca nos habían separado Tampoco creas todo lo que dicen sobre mí Por favor no dejes de amarme
En el siguiente link podés descargar Colores primarios, uno de los poemarios de Patricia Rodón: