Queda poco para que se terminen estas vacaciones austeras, pero abundantes en lecturas y poesía, bajo el calor de El Sol. Las noches son ideales para sentarse en el patio, en la plaza, con un banquito y unos mates. La luz de la luna y las estrellas ya nos tientan a disfrutar de la mejor compañía: el talento de los autores mendocinos.

Te proponemos un recorrido por escritos mágicos “hechos en Mendoza” y un encuentro con gente que apuesta por el maravilloso arte de la palabra.

Poemas crepusculares

Fabián Almonacid hace música. Desde muy joven tocó el piano, luego, su latido melódico se tradujo en poesía. Sus poemas son un pentagrama para experimentar con las palabras: desarmarlas, armarlas, exprimirlas y orearlas. Esos juegos están presentes en sus versos, que trabajan el lenguaje en todas sus dimensiones (sonoras, semánticas, etimológicas), apostando al descubrimiento de nuevas combinaciones y nuevos sentidos posibles. Su hora de magia es la noche, presencia preponderante en sus versos.

Es licenciado en Letras de la UNCuyo, docente, corrector de textos y coordinador de talleres literarios. Su pasión por la lectura lo llevó a ofrecerse como lector a domicilio, una actividad terapéutica que devuelve al destinatario un rato de mimos de infancia. Desde el 2018, se dedica a su proyecto autogestivo Abrapalabra, desde donde coordina talleres de escritura y lectura.

Publicó los libros de poemas La culpa y la traición (Ex-Libris, 1995), en coautoría con Daniel Capretti; Cada nueva noche (publicación independiente, 2002); Trampas de la noche (Piedra Infinita, Colección El Desaguadero, 2006); Del hombre solo (poemas y entrepoemas, Abrapalabra, 2018); y De asedios y adioses (Glifo, 2022).

Libro de Poemas Trampas de la noche, con ilustración de Gabriel Fernández.

Algunos poemas de Fabián:

Del libro Del hombre solo (poemas y entrepoemas), Abrapalabra, 2018.

Muerte adoptiva

Según el apartado 13

del contrato de locación,

no me está permitido mantener mascotas

en estas cuatro paredes que me alojan

y me alejan.

Por eso me decidí a adoptar

una pequeña muerte

(no es animal ni ser vivo)

que encontré en la puerta de mi casa

al volver de la noche,

el sábado más frío del 2015.

La rescaté de la acequia en la que había

caído o se refugiaba de la vida.

Desde un primer momento

hizo buenas migas con mi silencio

y entablamos diálogos sostenidos.

La joven muerte fue entrando en confianza,

a los pocos días ya comía de mis entrañas

y bebía de mis llantos.

Se acurrucó en las sillas vacías,

en la cama deshecha, en los libros cerrados,

en las luces apagadas, en las cartas inconclusas,

en la música que no escucho.

Pasadas algunas semanas,

empezó a enroscarse en mis pies

cuando se disponía a dormir.

Hoy cumplimos unos meses de estar juntos

e intuyo que ya no me abandonará,

a pesar de que nos rehuimos las miradas

y es imposible dudar del engaño mutuo.

“El amor y la enfermedad son incompatibles”,

acaba de murmurar,

mientras prepara una cena fría

y no se deja acariciar aún.

Acá podés escuchar uno de sus poemas:

YouTube video
Poema “Clasificado” recitado.

Del libro Asedios y adioses (Glifo, 2022).

Credo

Creo que el universo es nuestro souvenir.

Creo en el bardo que se aloja en el Borda

y en el lagrimear de la milagrera.

Creo que cada siamés esconde un mesías.

Creo en el cero y en el ocre

y en el que cree, aunque no rece.

Creo en el que piensa con una espina,

en el barniz que deja cada brizna

y en lo que borra el barro al obrar.

Creo que hay que asir la risa,

creo en el ardite de editar,

y en el arte que reta y siempre trae,

en esta obra que abro.

Creo en lo que me pesa,

aunque no lo sepa ni pase,

en el madero que me modera

y en lo sagrado que no ha sido rasgado.

Si no me altero, creo también en mi relato.

Y creo en tu perdón, de él me prendo,

porque todo se resarce si me recreas.

Portada del poemario De asedios y adioses.

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Del libro Un cielo pronto (inédito).

Fracaso

¿Estás muerto porque yo vivo?

¿Estoy vivo porque has muerto?

¿Cómo es tu vida de muerto?

¿Cómo morís a cada segundo?

¿Sabés que hay vivos en tu muerte?

¿Moriste y como primer deseo pediste:

Quiero que todos los míos sigan con vida?

¿Todos los muertos descansan del mismo modo que vos?

(si es que hay otros muertos, si es que descansás, si es que hay algún modo)

¿Sentís el dolor de las cosas,

la sorda densidad de la lluvia,

el murmullo de tantos muertos,

el silencio de tantos vivos?

La muerte no fracasa, parece ser,

pero la vida tampoco.

Mirá una entrevista que le hicieron a Fabián:

YouTube video
Una entrevista de Mónica Borré a Fabián Almonacid, realizada en el 2020.

Podés seguirlo en redes:

https://www.instagram.com/abrapalabramza/