Eduardo Ernesto Sosa Meza (27), alias el Eduard, llevaba más de un año en la clandestinidad, “esquivando” dispositivos policiales que tenían su detención como principal objetivo. El ex reo, que durante su pasado carcelario se especializó en tatuar a los internos, está sindicado como el autor del homicidio de Diego Carlos Quispe Ríos (36), ocurrido el lunes 20 de noviembre del 2017 en Guaymallén. Finalmente, efectivos de la División Búsqueda de Prófugos lograron capturarlo el viernes en la Galería Tonsa de Ciudad.

Desde hace algunos días, los detectives habían recibido el dato de que Sosa Meza había sido visto en varias ocasiones moviéndose por el microcentro mendocino, más precisamente en la popular galería.

Con esa información a mano, sabuesos comenzaron a realizar tareas de vigilancia en esa zona capitalina para dar con el presunto homicida.

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Las tareas iban a dar sus frutos la noche del viernes, cuando pasadas las 21.30 el Eduard caminaba por avenida San Martín y fue divisado por los efectivos. Pero, antes de que pudieran abordarlo, el sospechoso descubrió que era seguido por policías e ingresó a McDonald’s para despistarlos.

Ante esa situación, los detectives se quedaron vigilando en el exterior del local de comida rápida. Minutos después, Sosa Meza salió del lugar y se dirigió a paso rápido hacia calle Catamarca, en dirección al este, e intentó introducirse a la Tonsa. Sin embargo, los efectivos consiguieron frenarle el paso en la entrada de ese paseo comercial, relataron fuentes de la investigación.

Tras la detención, el tatuador carcelario intentó confundir a los policías utilizando su segundo nombre, insinuando que tenían al hombre equivocado. Pero, cuando fue trasladado a la Comisaría Tercera de calle Rioja, terminó colaborando y aportando sus datos filiatorios.

Sosa Meza quedó a disposición del fiscal de Homicidios Carlos Torres, que se encuentra a cargo de la investigación, y lo imputó por homicidio criminis causa. La calificación se debe a que Sosa Meza le disparó a la víctima para robarle una moto, de acuerdo con la investigación.

Si bien en un principio existían dudas con respecto la versión del robo, debido a que ambos habían estado presos en el mismo complejo y pensaban la agresión armada podía corresponder a viejos broncas carcelarias, la pesquisa se terminó inclinando por el móvil del asalto.

El caso

De acuerdo con el expediente, habían pasado algunos minutos de las 16 del lunes 20 de noviembre del año pasado, Quispe circulaba con su pareja a bordo de una moto Brava 150cc por el interior del barrio Cocucci. En ese momento, dos sujetos a bordo de una moto roja los abordaron y, tras intercambiar una serie de palabras, le dispararon en el pecho.

El hombre fue trasladado al Hospital Central e ingresó a la Guardia. Un médico verificó que tenía el proyectil alojado en el costado izquierdo del tórax, por lo que fue derivado de urgencia al Quirófano.

Entrevistada por efectivos, la pareja de Quispe, con quien tiene dos hijos varones, aseguró que fueron sorprendidos por delincuentes armados que intentaron robarles la moto en la que circulaban y que, cuando su concubino se resistió, estos le dispararon y se dieron a la fuga.

Esa misma jornada, el hombre fue intervenido con éxito. Sin embargo, con el pasar de los días, la situación de Quispe volvió a complicarse al punto de perder la vida cerca de las 19 del sábado 25 pese a los esfuerzos médicos.

Quispe contaba con antecedentes por robo agravado, tentativa de hurto, daño y resistencia a la autoridad, robo simple, lesiones leves dolosas, homicidio agravado y este año había sido investigado por un homicidio criminis causa, de acuerdo con fuentes policiales.