Uno de los crímenes pasionales más conmocionantes de este año fue resuelto ayer luego de ser enjuiciada Julia María Varelli (26), quien fue hallada culpable de matar a su novio, Claudio René Correa (40), con una carabina calibre 22 largo el 27 de enero, en las primeras horas de la calurosa mañana de verano. La mujer pasará 10 años y 8 meses tras las rejas, ya que el tribunal de la Segunda Cámara del Crimen condenó a Varelli por el delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.

CRUENTO ASESINATO
. La pareja estaba cuidando una vivienda del coqueto barrio Bombal, situada en Güemes 174, a dos cuadras de la Casa de Gobierno. La propiedad es de los padres de la mujer, quienes se habían ido de vacaciones a Chile. El consumo de marihuana y cocaína, durante la madrugada del fatídico 27 de enero, habría sido el prólogo de una historia en la que la ahora condenada de homicidio y quien entonces era su pareja comenzaron a discutir.

    El caos de palabras y, tal vez, golpes llevaron a que Varelli tomara la decisión de atacar con un arma de fuego que estaba guardada en la casa, como a posterior confirmó en la investigación judicial el padre de la acusada, un militar retirado de Fuerza Aérea, quien mantenía la escopeta oculta debajo de la cómoda de una habitación. Luego de producido el fatal disparo, los vecinos de ese domicilio fueron quienes, al oír el estampido, llamaron a la Policía, siendo dos efectivos que patrullaban a pie por las inmediaciones los primeros en ver a Varelli, la que tenía en brazos a su pareja, quien estaba tendido en el piso.

    Al decir de estos uniformados, cuando la mujer los vio, soltó el cadáver, se metió en la vivienda y cerró con llave. Varelli se hallaba junto a su hijo, de 7 años, y cuando fue entrevistada por los pesquisas policiales la mujer esgrimió una historia que indicaba que tres delincuentes habían entrado en la casa y disparado contra El Johnny, como lo llamaban a Correa, en lo que se entendía como un intento de asalto.

    El argumento que sostenía Varelli fue perdiendo fuerza a medida que pasó la mañana, hasta establecerse la hipótesis policial de que el trágico desenlace tenía connotaciones pasionales. Y bajo esta lupa, la mujer era el elemento número uno a analizar. Algunos testigos del hecho dicen que Varelli tuvo tiempo de cambiarse la ropa manchada con sangre, antes de que fuera semblanteada por los policías.

FRONDOSO PRONTUARIO. El Johnny era un reconocido delincuente dentro del hampa local. Había cometido delitos contra la propiedad, infracciones contra la ley de estupefacientes y tenía un pedido de captura del Sexto Juzgado de Instrucción. Dentro de la casa se secuestró el arma con la que se habría efectuado el letal disparo, además de marihuana, que fue encontrada en el bolsillo de la víctima. La joven comentó que la droga era para consumo personal.

ACUSACIÓN. El fiscal Adelmo Argüello solicitó al tribunal 10 años y 8 meses de prisión efectiva tras considerar que “la autoría del crimen quedó perfectamente esclarecida”. Uno de los abogados defensores de Varelli, Edgardo Buttini, explicó ante los magistrados con su alegato algo prácticamente insostenible. Relató que en la necropsia realizada por el cuerpo médico forense se informó que el disparo que Correa recibió en el pecho a la altura del corazón provino desde abajo hacia arriba. Resaltó que en la vivienda había una tercera persona –el hijo de Varelli, de 7 años–, como dejando entrever que el pequeño podría haber disparado el arma. El tribunal estuvo presidido por Roberto Yanzón e integrado por Jesús Valerio y Lilia Vila.